La carne es uno de los alimentos más populares por su delicioso sabor. Además, la carne proporciona diversos nutrientes que nuestro cuerpo necesita. El contenido nutricional de la carne es:
- Proteína: la proteína protege nuestro sistema inmunológico para mantenernos en forma y saludables. Además, la proteína ayuda a formar los tejidos corporales y contribuye al desarrollo tanto físico como mental de los niños.
- Selenio: el selenio actúa como antioxidante para proteger nuestro sistema inmunológico.
- Hierro: el hierro protege nuestro sistema inmunológico, previene la anemia y juega un papel importante en el desarrollo de los niños.
- Complejo de vitamina B: el complejo de vitamina B aumenta el rendimiento de nuestro cerebro.
- Vitamina D: la vitamina D mantiene nuestros huesos y dientes sanos.
- Zinc: el zinc mejora nuestro sistema inmunológico y ayuda a que el metabolismo de nuestro cuerpo funcione bien.
- Omega 3: el omega 3 ayuda a que nuestro corazón, hígado y nervios funcionen bien.
Por la nutrición que contiene, la carne es sin duda el alimento más nutritivo para nuestro organismo. Lamentablemente, comer demasiada carne provoca efectos peligrosos en nuestro organismo.

La mayor parte de la carne que se vende en el mercado se produce comercialmente en la granja. Según el resultado de The European Journal of Clinical Nutrition, la carne de las vacas de granja contiene omega 3 de grasa baja en ácido, pero es rica en omega 6 de grasa ácida, porque la mayor parte de su alimento son semillas. Además, a las vacas de granja se les administran ciertas hormonas para aumentar de peso, como estradiol, progesterona, testosterona, hormona sintética, zeranol y trembolona asetat, melengesterol asetat. Estas sustancias tienen el potencial de aumentar el riesgo de cáncer.
La carne roja es carne de vaca, porcino, ovino y caprino. Las carnes elaboradas son aquellas que han sido saladas, curadas, fermentadas o ahumadas con fines de sabor o conservación.
Ejemplos de carnes procesadas incluyen:
- Tocino.
- Perritos calientes.
- Jerkies de carne.
- Pepperoni.
- Salami.
- Salchicha.
- Algunas carnes frías.

5 efectos peligrosos de comer carne roja para nuestra salud
1. Causando inflamación
La investigación muestra que tanto la carne procesada como la carne roja tienen un alto contenido de grasas saturadas, lo que causa inflamación. El ácido araquidónico (ácido graso omega 6) en las carnes rojas será retenido en nuestro organismo y contribuye a provocar dolor e inflamación, tales como:
- inflamación de las amígdalas
- dolor de articulaciones
- úlceras
2. Riesgo de cáncer
¿Sabía que comer más de 700 gramos (peso bruto) de carne roja a la semana aumenta el riesgo de cáncer de intestino? ¿O sabe que el riesgo de desarrollar cáncer de intestino aumenta 1,18 veces por cada 50 gramos de carne procesada que se consume al día?
La Organización Mundial de la Salud ha clasificado las carnes procesadas como carcinógeno del Grupo 1, lo que significa que existe una fuerte evidencia de que las carnes procesadas causan cáncer. Comer carne procesada aumenta el riesgo de cáncer de estómago y de intestino. La carne roja se ha clasificado como carcinógeno del Grupo 2A, lo que significa que probablemente cause cáncer.
¿Sabía que si ha tenido cáncer, mantener una dieta saludable puede ayudar a prevenir la reaparición del cáncer?

La investigación actual muestra que hay ciertas sustancias químicas en la carne roja y las carnes procesadas que hacen que estos alimentos sean cancerígenos. Estos productos químicos son añadidos por el cocinero o contenidos en la carne de forma natural.
Por ejemplo, cuando una sustancia química de la carne roja llamada hemo se degrada en el intestino, se forman sustancias químicas N-nitroso; y se ha descubierto que estas sustancias químicas dañan las células que recubren el intestino, lo que puede provocar cáncer de intestino. Los mismos productos químicos también se forman cuando se digiere la carne procesada. Además, los conservantes de nitrito y nitrato que se utilizan para conservar la carne procesada también producen estos químicos N-nitrosos y pueden provocar cáncer de intestino.
3. Riesgo de diabetes tipo 2
En 2011, un estudio de la Universidad de Harvard sugirió que comer carne sin procesar se asoció con un mayor riesgo de diabetes tipo 2.
El riesgo de diabetes era un 20% mayor en aquellos que consumían más de 110 g de carne roja sin procesar al día. Sin embargo, la investigación atrajo algunas críticas por incluir hamburguesas en la lista de alimentos sin procesar. De aquellos que comieron carne procesada, el riesgo de diabetes tipo 2 aumentó en un 50%.
4. Efecto sobre la salud del corazón
Un estudio observacional en casi 20,000 personas ha encontrado que una mayor ingesta de carne roja y carne procesada se asocia con una peor función cardíaca. La investigación se presenta en ESC Preventive Cardiology 2021, un congreso científico en línea de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).
Los investigadores encontraron que una mayor ingesta de carne roja y carne procesada se asoció con una peor salud cardíaca, en todas las medidas estudiadas. Específicamente, los individuos con mayor consumo de carne tenían ventrículos más pequeños, una función cardíaca más pobre y arterias más rígidas. Todos estos problemas son signos de una peor salud cardiovascular.
Como comparación, los investigadores también probaron las relaciones entre las medidas de imágenes del corazón y la ingesta de pescado azul, que anteriormente se ha relacionado con una mejor salud del corazón. Descubrieron que a medida que aumentaba la cantidad de pescado azul, la función cardíaca mejoraba y las arterias se estiraban más.
5. Olor corporal desagradable
Comer carne roja aumenta el olor corporal desagradable. Los aminoácidos de la carne roja dejan un residuo en los intestinos durante la digestión. Las enzimas intestinales descomponen ese residuo, que luego se mezcla con las bacterias de la piel durante la transpiración e intensifica el olor corporal. Es un efecto difícil de evitar. Debido a que la carne es más difícil de digerir que otros alimentos, su cuerpo tiene que trabajar más para procesarla. Como resultado, sus glándulas sudoríparas pueden responder secretando más transpiración.
Dependiendo de la química del cuerpo de cada individuo, el olor del sudor provocado por comer carne puede durar desde unas horas hasta unos días.
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