¿Puede un niño aprender algo incluso cuando está jugando y divirtiéndose? ¡Absolutamente! En el mundo de la educación preescolar, esto se llama “juego estructurado” y es una de las mejores formas para que los niños pequeños aprendan cosas nuevas.
El juego estructurado puede adoptar muchas formas. Puede ser cualquier actividad física o mental que les enseñe a los niños en edad preescolar nuevas habilidades. Las habilidades pueden ser conocimientos básicos o ayudar con su desarrollo físico.
El objetivo del juego estructurado es divertirse mientras le enseña a su hijo. A menudo, los niños ni siquiera saben que están aprendiendo y los adultos pueden divertirse tanto ideando nuevas formas de mantener activos a los niños mientras aprenden.
¿Qué es el juego estructurado?
El juego estructurado, o “juego con un propósito”, es cualquier actividad que le ofrece a su niño en edad preescolar un objetivo de aprendizaje específico. Podría ser aprender una determinada habilidad para la vida, como enseñar los meses del año o trabajar en habilidades físicas importantes, como la motricidad fina y gruesa.
Las actividades de juego estructurado y los juegos generalmente están dirigidos por un instructor. Un padre, maestro u otro adulto de confianza (incluso un hermano mayor) marca el tono de la obra. Luego, el adulto ayuda al niño en edad preescolar a alcanzar sus metas o revisa el objetivo de aprendizaje.
Según la Asociación Nacional para el Deporte y la Educación Física, los niños en edad preescolar deben acumular al menos una hora de actividad física estructurada todos los días. Puede ser difícil para un niño en edad preescolar concentrarse en una tarea durante una hora, por lo que muchos expertos sugieren dividir la obra en partes más pequeñas de 15 o 20 minutos.
Romper el tiempo de juego estructurado también permitirá una variedad de actividades a lo largo del día. Además, es más probable que su hijo en edad preescolar esté interesado en seguir las reglas y prestar atención a lo que está tratando de impartir mientras juega.
Ejemplos de
El juego estructurado, a pesar del nombre serio y rígido, definitivamente les está dando a los niños la oportunidad de divertirse, solo tiene un objetivo elevado en su corazón.
Estructurado ni siquiera tiene que ser tan organizado o formal. Simplemente enseñarle a un niño cómo lanzar haciendo que su niño en edad preescolar lance una pelota en una canasta de lavandería es una forma de juego estructurado.
Otros ejemplos de juego estructurado incluyen:
- Juegos de mesa
- Rompecabezas
- Juegos de clasificación
- Juegos que animan a seguir instrucciones como “Simón dice”.
- Cualquier tipo de clase en la que pueda inscribir a su hijo, como música.
- Equipos deportivos organizados o clases como fútbol o natación.
Juego estructurado y tareas domésticas cotidianas
Los padres pueden ser creativos con su niño en edad preescolar e incorporar el juego en las actividades y tareas diarias de su familia. Hacer que su hijo se involucre en cosas como ordenar la ropa sucia o recoger sus juguetes le enseña responsabilidad y otras habilidades mientras piensa que solo se está divirtiendo.
- Lavandería: haga que su niño en edad preescolar se una a usted mientras dobla la ropa. Enséñeles a identificar un par de calcetines que hagan juego y a clasificar la ropa de un miembro de la familia de la de otro.
- Limpieza de juguetes: déle a su hijo una meta a la hora de recoger sus juguetes. Por ejemplo, desafíelos a que recojan tantos juguetes como puedan en cinco minutos. Cree un juego de ‘parada’ y ‘avance en el que tengan que congelarse en su lugar cuando diga’ parar ‘. Trabaje en clasificar los juguetes por color o agrúpelos por estilo (animales de peluche frente a bloques de construcción) y enséñeles cómo colocar cada uno en un lugar determinado.
- Por la casa: haga que moverse de una habitación a otra sea divertido pidiéndole a su hijo que salte como un conejo o que salte al baño para cepillarse los dientes. Enciende la música mientras te ven cocinar y toca el baile congelado para mantenerlos en movimiento.
- Trabajo en el jardín: desafíe a su hijo en edad preescolar a que recoja tantas ramitas pequeñas como pueda después de una tormenta de viento. Pídales que le ayuden a plantar flores o semillas en el jardín y explique qué verduras pueden comer cuando la planta crece. Pueden seguir ayudando de pequeñas formas a medida que el jardín madura (ejem, arrancando las malas hierbas) y aprendiendo los ciclos de la naturaleza.