Los preadolescentes experimentan una variedad de cambios cognitivos, incluido un aumento en el pensamiento lógico. Según la Asociación Estadounidense de Psicología, los niños de entre 7 y 12 años desarrollan habilidades lógicas y de resolución de problemas más concretas de tres formas principales: conservación, clasificación y reversibilidad. Los procesos cognitivos de los preadolescentes mayores, en particular, pasan de un razonamiento infantil a una forma de pensar más adulta, que es cada vez más compleja y abstracta.
Conservación: apariencia exterior menos importante
El eminente psicólogo Jean Piaget (1896-1980) teorizó que hasta alrededor de los 6 años, los niños carecen de una comprensión clara de cómo dos cosas con diferentes apariencias externas podrían ser realmente iguales.
En un estudio clásico, Piaget vertió líquido de un vaso alto y delgado en un vaso corto y grueso justo frente a sus ojos. Los niños más pequeños pensaron que el líquido se redujo en cantidad simplemente porque cambió la apariencia exterior del líquido. En otras palabras, la percepción era que más corto es menos. A medida que los niños desarrollan sus habilidades de razonamiento, eventualmente comprenden que la cantidad de líquido no cambia.
Los niños más pequeños tienden a concentrarse en una sola característica de un problema a la vez.
Los niños más pequeños pensarán que la cantidad de líquido cambió porque solo estaban prestando atención a la altura o al ancho del vaso, no a ambos. Sin embargo, a medida que los niños aprenden a manipular la información mentalmente, pueden comprender que la altura más corta se compensa con el vidrio más grueso, por lo que proporciona la misma cantidad de espacio en general. Cuando son preadolescentes, pueden imaginar varios escenarios hipotéticos con contenedores de todas las formas y tamaños.
La capacidad de considerar múltiples características a la vez se extiende mucho más allá del mundo físico. Por ejemplo, a medida que los preadolescentes comienzan a desarrollar habilidades de razonamiento más abstracto, les permite comprender dilemas sociales complejos que tienen múltiples pros y contras. También comienzan a pensar hipotéticamente y pueden ver cómo una acción de una persona o grupo podría contrarrestar una acción realizada por otro.
Clasificación: categorización por propiedades similares
Los niños adquieren una gran habilidad para categorizar personas y objetos, otro avance en el razonamiento lógico. También se dan cuenta de que existen jerarquías de agrupaciones. Por ejemplo, saben que los “animales” se pueden dividir en grupos que incluyen “mamíferos” y “reptiles”. También saben que el grupo de mamíferos se puede dividir en tipos de mamíferos como “perros” y “leopardos”.
Los niños pueden comprender que siempre hay una mayor cantidad de objetos dentro de una categoría amplia (como “animal”) que en una categoría específica (como “perro”).
A medida que los niños se acercan a la adolescencia, aprenderán a aplicar lo que han aprendido de estas clasificaciones y a hacer generalizaciones e inferencias lógicas. Por ejemplo, sabrán que una “silla” flotará o arderá porque está hecha de “madera”.
Si bien estos conceptos parecen obvios para la mayoría de los adultos, comprenderlos es un gran paso adelante en el desarrollo cognitivo de un niño. La capacidad de hacer inferencias lógicas allana el camino para una comprensión más avanzada de las ciencias y las matemáticas, así como las habilidades lingüísticas complejas y la perspectiva necesarias para interacciones sociales más significativas.
Reversibilidad: las cosas pueden volver a su forma original
Un último desarrollo clave del razonamiento lógico para los niños es comprender el concepto de reversibilidad. La reversibilidad se refiere a cómo se pueden alterar las cosas y volver a su estado original.
Un ejemplo simple que los niños entienden desde el principio es que se puede hacer rodar una bola de arcilla en una serpiente larga (conservación) y luego hacerla girar (reversibilidad) sin cambiar sus propiedades internas.
Más tarde, los niños podrán comprender ideas más complejas sobre reversibilidad e irreversibilidad. Por ejemplo, el agua se puede congelar y luego descongelar, pero los huevos no se pueden descifrar.
Continúa desarrollándose una comprensión completa de las consecuencias de la reversibilidad desde la primera infancia hasta la adolescencia. Por ejemplo, los niños pequeños comienzan a aprender la reversibilidad cuando resuelven problemas matemáticos simples. Aprenden que 5 + 3 = 8 y 8 – 5 = 3. Esto luego se convierte en problemas matemáticos más complejos con división y multiplicación, como 12 x 5 = 60 y 60/5 = 12.
Este concepto de reversibilidad se construye a lo largo de su educación, y cuando son adolescentes, están resolviendo problemas de matemáticas y ciencias de orden superior en comparación con sus contrapartes más jóvenes. Por ejemplo, aprenden a resolver para ‘x’ en ecuaciones algebraicas.