El diagnóstico comienza excluyendo otras causas.
Fibromialgia es un trastorno difícil de diagnosticar. Debido a que se comprende tan poco, no hay un consenso claro sobre qué medidas podrían o deberían usarse para confirmarlo. Además, incluso si tiene signos del trastorno, incluido el dolor crónico generalizado y la fatiga, las pruebas de laboratorio y de imágenes disponibles a menudo parecerán perfectamente normales.
La única forma de obtener un diagnóstico de fibromialgia es embarcarse en un “diagnóstico de exclusión”.
Este puede ser un proceso laborioso en el que su proveedor de atención médica revisa y elimina muchas otras posibles causas de sus síntomas. Solo cuando se excluyen estas causas se puede hacer un diagnóstico de fibromialgia.
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Criterios de diagnóstico
Debido a que no hay una prueba disponible para confirmar la fibromialgia, su proveedor de atención médica debe depender únicamente de su panel de síntomas para hacer un diagnóstico. El diagnóstico suele ser supervisado por un especialista médico conocido como reumatólogo que se especializa en enfermedades musculoesqueléticas y trastornos autoinmunes. Algunos neurólogos y médicos generales también pueden tener la experiencia para supervisar la evaluación.
Los criterios para el diagnóstico fueron establecidos por el Colegio Americano de Reumatología (ACR) en 1990 y luego actualizados en 2010 para permitir un enfoque más práctico del diagnóstico. En lugar de diagnosticar el trastorno según el historial y la ubicación del dolor, las pautas actuales instruyen a los proveedores de atención médica a evaluar tres criterios clave:
- Qué tan extendido está el dolor y cómo experimenta los síntomas
- Si los síntomas han persistido a este nivel durante al menos tres meses.
- Si no hay otras explicaciones para los síntomas.
El sistema de Criterios de diagnóstico de fibromialgia ACR basado en puntajes incluye una evaluación llamada índice de dolor generalizado (WPI) y otra llamada escala de gravedad de síntomas (SS).
Si bien el sistema ACR se usa comúnmente, tiene sus detractores que creen que la fibromialgia no debe evaluarse como un trastorno puramente somático (físico), sino como uno en el que también se evalúan los factores psicológicos y el estrés psicosocial.
Diagnóstico excluyente
Antes de evaluar de cerca sus síntomas actuales, su proveedor de atención médica debe excluir otras enfermedades o trastornos con síntomas y características similares. Dependiendo de la variedad de síntomas que tenga (digestivos, urinarios, psicológicos, etc.), la lista puede volverse bastante extensa.
Entre las posibilidades:
- la enfermedad de Addison
- Alcoholismo
- Artrosis generalizada
- Síndorme de Guillain-Barré
- Hipotiroidismo
- Hiperparatiroidismo
- Lupus
- enfermedad de Lyme
- Neoplasias
- Esclerosis múltiple (EM)
- Miastenia gravis (MG)
- Polimialgia reumática
- Trastorno de estrés postraumático (PTSD)
- Artritis reumatoide
- Síndrome de Schwartz-Jampel
- Esclerodermia
El desafío en el diagnóstico de la fibromialgia es que otras afecciones a menudo pueden coexistir con la fibromialgia y tener síntomas similares o superpuestos. Por ejemplo, si se diagnostica artritis o apnea del sueño, el diagnóstico podría explicar algunos de los síntomas clave que está experimentando, pero no otros.
Es por eso que realmente puede ayudar tener un proveedor de atención médica con experiencia en fibromialgia, para que pueda hacer distinciones sutiles.
Índice de dolor generalizado
El índice de dolor generalizado (IPM) divide el cuerpo en 19 secciones, cada una de las cuales se considera un área característica de compromiso. Su proveedor de atención médica le preguntará si experimentó dolor en cada área durante la semana pasada. Se registra una puntuación de 1 por cada “sí” que das.
También se le puede pedir que caracterice el tipo de dolor que tiene (como severo o difuso) o que considere los puntos sensibles (puntos gatillo del dolor) que solían ser fundamentales para el diagnóstico.
Los 19 sitios de dolor incluidos en la evaluación son (de arriba a abajo):
- Mandíbula derecha
- Mandíbula izquierda
- Cuello
- Cintura escapular derecha
- Cintura escapular izquierda
- Brazo superior derecho
- Brazo superior izquierdo
- Antebrazo derecho
- Antebrazo izquierdo
- Superior de la espalda
- Espalda baja
- Cofre
- Abdomen
- Cadera derecha / glúteo / muslo superior
- Cadera izquierda / glúteo / muslo superior
- Pierna superior derecha
- Pierna superior izquierda
- Pierna derecha
- Pierna izquierda
La puntuación máxima del WPI es 19.
Escala de gravedad de los síntomas
La escala de gravedad de los síntomas (SS) evalúa cuatro síntomas que se consideran definitorios en un diagnóstico de fibromialgia. Cada síntoma se puntúa en una escala de 0 a 3, donde 0 significa que no hay síntomas; 1 significa síntomas leves; 2 significa síntomas moderados; y 3 significa síntomas graves. La puntuación se basa exclusivamente en la gravedad de los síntomas que se han producido durante la última semana.
Los cuatro síntomas evaluados en los criterios son:
- Fatiga
- Despertar del sueño sintiéndose no renovado
-
Síntomas cognitivos (que incluyen dificultad para concentrarse, confusión, desorientación y deterioro de la comprensión)
- Síntomas somáticos (sensaciones físicas como dolor, mareos, náuseas, desmayos o trastornos intestinales)
La puntuación máxima en la escala SS es 12.
Confirmando el diagnóstico
Si no se puede encontrar otra explicación para sus síntomas, su proveedor de atención médica buscará si sus puntuaciones combinadas de WPI y SS cumplen con uno de los dos criterios ACR para un posible diagnóstico de fibromialgia:
- Una puntuación WPI de 7 o más Y una puntuación SS de 5 o más
- Una puntuación WPI de 3 a 6 Y una puntuación SS de 9 o más
A partir de entonces, si el proveedor de atención médica puede establecer que sus síntomas han estado presentes en el mismo nivel o en un nivel similar durante al menos tres meses, se le diagnosticará oficialmente fibromialgia.
Una vez que se confirma el diagnóstico, usted y su proveedor de atención médica pueden comenzar a explorar opciones de tratamiento. Este puede ser otro proceso largo y prolongado, pero que puede encaminarlo hacia una mejor salud y una remisión sostenida.