La disforia se refiere a una profunda sensación de infelicidad, angustia e indiferencia. No es un diagnóstico, sino un síntoma asociado con diversas afecciones de salud mental, que incluyen depresión, trastorno bipolar y esquizofrenia.
Siga leyendo para saber si tiene un estado de ánimo disfórico y qué puede hacer al respecto.
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¿Qué es la disforia?
La disforia describe un estado emocional intenso que puede ser síntoma de muchos diagnósticos de salud mental. Es un profundo estado de insatisfacción e inquietud. Muchos lo describen como sentirse infeliz o triste.
Los síntomas pueden manifestarse en forma de depresión, ansiedad, irritabilidad y dificultad para concentrarse. Una persona también puede experimentar emociones fuertes como ira, falta de interés o placer en las actividades y alteraciones en los patrones de alimentación y sueño.
Las investigaciones muestran que las personas con disforia pueden estar preocupadas por el futuro y ver el mundo a través de una lente negativa, lo que dificulta obtener una perspectiva y considerar resultados realistas.
El estado de ánimo disfórico puede ocurrir durante un estado mixto, donde un individuo tiene sentimientos de tristeza, apatía o irritabilidad mientras también experimenta síntomas de manía, como un sentido de sí mismo inflado, pensamientos acelerados o habla presionada.
Estado de ánimo disfórico versus manía disfórica
El estado de ánimo disfórico indica un período en el que están presentes una profunda infelicidad, descontento y desconexión. Los síntomas son similares a los de la depresión, pero pueden ser diferentes. Manía disfórica es el término actual para un estado mixto, lo que significa que los signos de depresión y manía ocurren juntos. Un ejemplo de esto podría verse como pensamientos acelerados e irritabilidad mientras se siente deprimido.
¿Qué causa un estado de ánimo disfórico?
Una revisión de 2017 de estudios que examinaron las causas de diferentes estados en el trastorno bipolar atribuyó la disforia a varios factores:
- Trauma
- Experiencias negativas de la niñez
- Uso de sustancias
- Abstinencia de sustancias
- Estrés
- Rumiación (centrarse en los mismos pensamientos)
- Alteraciones en el ritmo circadiano (ciclo sueño-vigilia)
- Vulnerabilidad genética
- Cambios en neurotransmisores como la dopamina, que pueden provocar cambios de humor.
¿Cómo se siente la disforia?
Las personas tienen experiencias únicas de disforia. Sin embargo, en términos generales, un estado de ánimo disfórico puede incluir los siguientes síntomas:
- Irritabilidad
- Emociones poderosas como la culpa, la ira o la melancolía
- Sentimientos de fracaso
- Una profunda sensación de descontento o insatisfacción.
- Sentirse abrumado
- Agresión y hostilidad
- Falta de placer en las actividades diarias.
- Estrés
- Cambios en los patrones de alimentación y sueño.
- Luchando para manejar o recuperarse de emociones bajas y profundas.
Superposición con otros trastornos mentales
Un estado de disforia puede ocurrir con las siguientes condiciones:
- Trastorno depresivo mayor
- Desorden bipolar
-
Trastorno de ansiedad generalizada
- Esquizofrenia
-
Trastorno de estrés postraumático (PTSD)
-
Trastornos por uso de sustancias (y abstinencia de sustancias)
- Trastornos de la alimentación
-
Trastornos de la personalidad, específicamente el trastorno límite de la personalidad
- Disforia de género
- Trastorno disfórico premenstrual
La disforia junto con la ansiedad o el consumo de sustancias pueden complicar el tratamiento. Buscar evaluación y tratamiento es fundamental para aliviar la disforia.
La persistencia del estado de ánimo disfórico puede ser una indicación de una condición de salud mental subyacente. También aumenta el riesgo de suicidio de una persona.
Recursos de apoyo
Si tiene pensamientos suicidas, comuníquese con la Línea Nacional de Prevención del Suicidio al 1-800-273-8255 para recibir apoyo y asistencia de un consejero capacitado. Si usted o un ser querido está en peligro inmediato, llame al 911. Para obtener más recursos de salud mental, consulte nuestra Base de datos de la línea de ayuda nacional.
Tratamiento para el estado de ánimo disfórico
El tratamiento puede variar según la raíz o la causa subyacente de la disforia. La consulta con un proveedor de atención médica puede ayudar a descartar cualquier condición física, mientras que una evaluación con un psiquiatra puede descubrir causas psicológicas.
Las recomendaciones de tratamiento pueden incluir antidepresivos, estabilizadores del estado de ánimo u otros medicamentos recomendados por su proveedor.
La terapia también puede ser eficaz para ayudar a los pacientes con estado de ánimo disfórico. Algunas estrategias que un paciente puede aprender en la terapia incluyen:
- Hacer frente a las emociones angustiantes
- Establecer una rutina constante
- Desarrollar un pensamiento equilibrado
- Técnicas de regulación emocional
Estrategias de afrontamiento
Dar prioridad al cuidado personal y el manejo del estrés también puede ayudar a mejorar el estado de ánimo.
Ejemplos de actividades que pueden ayudar incluyen:
- Practicando la autocompasión
- Ejercitándose
- Comiendo bien
- Dormir bien de forma constante
- Conectarse con sus seres queridos
- Actividades de atención plena como respiración profunda o meditación
Recuerde que la ayuda está ahí fuera. Si siente síntomas de estado de ánimo disfórico, comuníquese con su proveedor de atención médica para analizar las opciones de tratamiento.
Resumen
Un estado de ánimo disfórico es un estado constante de profunda infelicidad e insatisfacción. Los síntomas pueden incluir descontento, irritabilidad, estrés, agresión y sentimientos de ira, culpa o fracaso. Puede ser un signo de muchos diagnósticos de salud mental diferentes, por lo que es importante compartir sus síntomas con un proveedor de atención médica o un profesional de la salud mental para obtener un diagnóstico adecuado.
La disforia puede sentirse como una niebla densa e impenetrable. Puede ser difícil deshacerse de emociones como una profunda insatisfacción, descontento y tristeza. Ser evaluado por un profesional de la salud mental puede proporcionar información sobre lo que contribuye a la disforia. Este conocimiento le permite analizar las opciones de tratamiento y cuidado personal para ayudarlo a mejorar su estado de ánimo.