Mientras que algunos niños se contentan con colorear durante horas o jugar en silencio con bloques durante la mitad del día, otros parecen no poder quedarse quietos durante dos minutos. Están inquietos, saltando, rebotando y literalmente trepando las paredes la mayor parte del tiempo. Alguien podría sugerir rápidamente que un niño enérgico tiene un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Pero esa no es la única razón por la que un niño puede ser hiperactivo.
Cómo reconocer el TDAH
Aproximadamente el 9% de los niños tienen TDAH, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades. El TDAH es una afección neurobiológica que causa síntomas como impulsividad, problemas de concentración y aumento de la actividad. Los síntomas del TDAH relacionados con la hiperactividad descritos en el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos de salud mental (DSM) incluyen:
- Dificultad para sentarse quieto; retorcerse y mover continuamente pies y manos, o ponerse de pie y moverse cuando otros están sentados
- Correr o escalar en momentos inapropiados
- Rara vez participa en actividades de juego en silencio
- Hablar constantemente, lo que puede causar problemas en la escuela y en entornos sociales.
- Dificultad para turnarse
- interrumpir a otras personas
Hable con su pediatra si cree que su hijo puede tener TDAH. Si bien no existe una prueba específica para la afección, un pediatra puede realizar una evaluación y derivar a su hijo para una evaluación adicional si es necesario. Si se diagnostica TDAH, hay un tratamiento disponible (que puede incluir o no medicamentos).
Causas de hiperactividad distintas del TDAH
No todos los niños inquietos y ocupados tienen TDAH. A veces, otras causas subyacen al alto nivel de actividad de un niño.
Estrés
Ya sea que se trate de un caos permanente o un cambio de horario a corto plazo, los niños a menudo se vuelven hiperactivos cuando experimentan un evento estresante de la vida. Incluso los cambios positivos, como tener un nuevo bebé o mudarse a un vecindario mejor, pueden generar mucho estrés para un niño.
Antes de decidir que su hijo no podría verse afectado por problemas económicos o de relación, recuerde que los niños se dan cuenta del estrés de sus padres. Si está estresado, es muy probable que su hijo también esté estresado.
Asegúrese de que su hijo tenga una rutina constante y predecible. Si está experimentando eventos estresantes en la vida, dele a su hijo más seguridad y apoyo.
Problemas de salud mental o emocional
Los problemas emocionales a menudo se parecen a los trastornos del comportamiento en los niños. Un niño con un trastorno de ansiedad puede tener dificultades para quedarse quieto. O alguien que ha sido traumatizado por un evento aterrador puede que no pueda concentrarse.
Si sospecha que la hiperactividad de su hijo puede deberse a un problema emocional, busque ayuda profesional.El tratamiento puede reducir una amplia gama de síntomas, incluida la hiperactividad.
Condiciones médicas
Existen algunos problemas de salud física que provocan hiperactividad. Una tiroides hiperactiva, por ejemplo, puede causar una amplia gama de síntomas, que incluyen ansiedad e hiperactividad.También existen otros problemas genéticos que pueden conducir a una mayor actividad.
Hable con su pediatra sobre los síntomas de su hijo. Mantener una lista detallada de sus preocupaciones podría ayudar al médico a identificar posibles problemas de salud que pueden estar en la raíz del problema.
Falta de ejercicio
Se supone que los niños deben ser activos y enérgicos. Sin suficiente ejercicio, tendrán dificultades para quedarse quietos.
Desafortunadamente, algunos niños hiperactivos son castigados perdiendo sus privilegios de recreo en la escuela.No tener la oportunidad de correr y jugar empeora la hiperactividad.
Anime a su hijo a hacer ejercicios frecuentes todos los días. Jugar en un patio de recreo, andar en bicicleta y correr le da a su hijo la oportunidad de canalizar su energía en actividades productivas.
La falta de sueño
Mientras que los adultos tienden a volverse lentos cuando están cansados, los niños a menudo se vuelven hiperactivos. Ya sea que se pierda la siesta o se acueste tarde, un niño con sueño puede parecer más animado que nunca.
Cuando un niño no descansa lo suficiente, su cuerpo responde produciendo más cortisol y adrenalina para que pueda permanecer despierto. Como resultado, tendrán más energía.
Asegúrese de que su hijo duerma lo suficiente.Si tiene dificultades para asegurarse de que descansen lo suficiente, hable con su pediatra sobre las estrategias que podrían ayudar.
Si bien es normal que los niños pequeños tengan mucha energía, la hiperactividad puede interferir con sus vidas. Los niños deben poder sentarse quietos el tiempo suficiente para aprender, por ejemplo. Pero es importante asegurarse de tener expectativas realistas de su hijo. Pensar que su hijo en edad preescolar debe jugar tranquilamente en su habitación mientras usted trabaja desde casa podría llevarlo a pensar que su hijo es hiperactivo cuando su comportamiento es realmente apropiado para su desarrollo.