Como puede atestiguar cualquier padre con más de un niño o proveedor de cuidado infantil, lo que funciona en términos de un enfoque disciplinario para un niño puede no funcionar tan bien con otro. Con las diferencias en la forma en que los niños reaccionan a la disciplina, también aumenta la probabilidad de que los padres sean menos consistentes en su enfoque.
Como resultado, no es de extrañar que más de un tercio de los padres no crean que sus métodos de disciplina funcionen bien, según un estudio de 2007 de 2,134 padres con niños de 2 a 11 años. Afortunadamente, los expertos en niños han indicado que existen algunos conceptos básicos comunes para las estrategias de disciplina positivas y efectivas para los padres. Aquí hay algunas técnicas para probar:
La consistencia es clave
Dado que todos tienen un estilo diferente de crianza / cuidador, no es práctico decir que toda la disciplina debe ser constante todo el tiempo. Sin embargo, intente inculcar reglas, enfoques e incluso objetivos y recompensas consistentes todos los días. Los niños pueden encontrar confusos los cambios o las inconsistencias, y pueden probar los límites o límites para ver qué tan lejos pueden llegar con diferentes adultos.
La coherencia es fundamental para la previsibilidad cuando se trata de la crianza de los hijos. Cuando los padres son consistentes en sus reacciones y consecuencias, se vuelven predecibles para sus hijos. Su hijo puede predecir cómo reaccionará en situaciones específicas.
Busque el ‘por qué’ de la mala conducta
Cuando su hijo arroja una taza y su contenido se derrama sobre la alfombra, se debe aplicar una consecuencia disciplinaria, ¿verdad? Sin embargo, si se toma el tiempo para buscar el “por qué” del comportamiento en lugar de solo la acción en sí, es posible que esté más cerca de resolver el problema de su hijo (al menos en este caso).
Si determina que arrojaron su taza porque la pajita estaba obstruida, por ejemplo, puede evaluar un resultado diferente o tener una conversación diferente que si la arrojaran porque no querían leche para beber. O tal vez estaban enojados con algo completamente diferente, y así fue como lo manejaron. Al conocer la causa subyacente, los padres pueden guiar a su hijo hacia un comportamiento más apropiado.
Evite las luchas de poder
Elija sus batallas con mucho cuidado, pero una vez que haya elegido una batalla, un padre / adulto, en la mayoría de los casos, debería ganar. Solo aborde aquellos asuntos que son realmente importantes (la seguridad es siempre una batalla clave) y deje pasar algunas de las otras cosas. Si es posible, ofrezca opciones sin dejar de establecer límites razonables.
Pero si un problema es importante, los padres deben tratar de no ceder ante su hijo, incluso si es “solo por esta vez”. Si hace esto, cada vez que surja este problema en particular, su hijo recordará que podría cambiar de opinión nuevamente y ceder.
Enfatice y elogie el buen comportamiento
Si el mal comportamiento de su hijo no le causa ningún daño, como una rabieta, lloriqueos u otra mala conducta, puede optar por ignorarlo. En estos casos, un enfoque disciplinario positivo eficaz puede implicar elogiar el buen comportamiento y recompensarlo con abrazos, chocar los cinco o actividades especiales como un viaje al parque.
Aunque ignorar a un niño que grita es mucho más fácil de decir que de hacer, eventualmente aprenderán a asociar el buen comportamiento con la atención positiva y el elogio, mientras aprenden que su mal comportamiento no les beneficia en nada.
Mantén tu humor
Algunos niños se sienten intrigados al ver que un adulto se levanta; soplar la parte superior puede ser interesante de ver. Pero perder los estribos también puede resultar confuso para su hijo. Haga todo lo posible por mantener la calma y el control y, si es necesario, dígale a su hijo que se está tomando un breve “descanso” para evaluar la situación y decidir la consecuencia apropiada antes de actuar.
No le dé a su hijo la oportunidad de aprovechar su estado de agotamiento, enojo o estado emocional. Si cometió un error, aprenda de la experiencia tomando medidas para mantener la calma, la calma y la compostura la próxima vez que sienta que la ira comienza a surgir.
Cuando mantiene la calma y se toma un tiempo libre voluntario, está modelando este comportamiento positivo para su hijo. Saber cómo calmarse es una habilidad importante para seguir practicando y poder enseñar a sus hijos.
Busque partidarios de la disciplina
Siempre que alguien más esté observando a su hijo, asegúrese de comunicar su estilo de disciplina y solicite que el cuidador adopte una forma similar. Del mismo modo, si no cree en un enfoque determinado (como azotar o una silla de descanso), asegúrese de indicárselo también a la niñera o al maestro de educación temprana.
Si está revisando una nueva guardería o preescolar, tómese el tiempo para preguntar acerca de sus enfoques disciplinarios. Los padres pueden encontrar que si combinan su enfoque con los métodos utilizados en un entorno de cuidado infantil, los resultados se vuelven más efectivos. La razón puede ser que los niños respondan a las tácticas de disciplina que se utilizan con sus compañeros. ¡La consistencia en la disciplina es importante!
Aprenda los estilos de paternidad y disciplina
Hay diferentes tipos de estilos de crianza y enfoques disciplinarios. Educarse sobre las diversas teorías lo ayudará a sentirse informado y con más control al elegir cómo reaccionar ante una situación con su hijo.
Ya sea que elija disciplina positiva, disciplina basada en límites, disciplina suave u otro tipo, es importante aprender cuál es cada estilo y elegir el que mejor se adapte a su familia y su estilo de crianza.