5 cosas que debe saber antes de ser inducido
Si está embarazada, hay varias razones por las que su obstetra podría intentar inducir el parto, estimulando su útero para que comience a tener contracciones antes de que naturalmente comiencen por sí solas. Es posible que esté atrasada sin signos de que entrará en trabajo de parto en el corto plazo.
O quizás se le ha roto fuente, pero no está teniendo contracciones. Esto pone a su bebé en riesgo de infección. Condiciones como la preeclampsia o la diabetes gestacional pueden poner en peligro su salud o la de su bebé y requieren inducción.
En algunos casos, la inducción del trabajo de parto se programa debido a un problema logístico. Por ejemplo, tal vez un futuro padre viva lejos del hospital y sería arriesgado esperar hasta que entre en trabajo de parto para hacer el viaje. A esto se le llama inducción electiva.
5 riesgos de inducir el parto
A veces, la inducción es lo mejor para una persona embarazada o su hijo. Pero no siempre es necesario. Es importante estar informado sobre los riesgos y discutir su condición con su médico para recibir un consejo individualizado.
Mayor riesgo de complicaciones
Inducir el parto implica intervenir en los procesos naturales del cuerpo rompiendo el saco amniótico, usando medicamentos o ambos. Independientemente de cómo se haga, puede provocar sufrimiento fetal (como frecuencia cardíaca anormal).Además, cuando el trabajo de parto se induce con medicamentos, el trabajo de parto puede llevar más tiempo.
Mayor riesgo de intervenciones
Cuando se induce el trabajo de parto, los bebés tienden a permanecer en posiciones en el útero que dificultan el movimiento por el canal del parto. Además, debido a que las contracciones suelen ser más dolorosas, aumenta la necesidad de anestesia epidural. Ambos pueden dificultar el empuje efectivo, lo que lleva a intervenciones como fórceps o extracción con ventosa.
Mayor riesgo de cesárea
Un método de inducción consiste en romper el saco amniótico. Si esto no inicia las contracciones de inmediato y no permite un parto vaginal, el médico deberá dar a luz al bebé por cesárea. Una cesárea también es más probable si el bebé está en una mala posición para nacer por vía vaginal o si tiene sufrimiento fetal.
Sin embargo, una investigación publicada en 2018 sugiere que inducir el trabajo de parto a las 39 semanas en realidad podría reducir la probabilidad de que sea necesaria una cesárea. De hecho, se descubrió que los bebés nacidos de personas que fueron inducidas a las 39 semanas no tenían “más probabilidades” de experimentar complicaciones del recién nacido, como muerte fetal o muerte del recién nacido.
Mayor necesidad de cuidados intensivos
A veces, los bebés que nacen prematuramente por inducción deben ir a la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN) para recibir cuidados especiales, pero esto no se debe a la inducción; se debe al parto prematuro. Nacer incluso una o dos semanas antes puede causar que el bebé tenga problemas para respirar, comer y mantener una temperatura corporal normal y constante.
Mayor riesgo de ictericia
La ictericia es la incapacidad del hígado para descomponer los glóbulos rojos. En los recién nacidos, se produce cuando el hígado del bebé simplemente no está lo suficientemente maduro para hacer este trabajo. El resultado es un aumento de los niveles de bilirrubina en la sangre del bebé, lo que aporta un tono amarillo revelador a la piel y el blanco de los ojos.
Un estudio publicado en 2017 encontró que el uso de oxitocina durante el trabajo de parto se asoció con niveles más altos de bilirrubina, pero solo en el segundo día después del nacimiento. Los autores dicen que se necesita más investigación para sacar conclusiones sólidas. La ictericia no es infrecuente y se puede tratar, pero puede significar una estadía más prolongada en el hospital.