Las alucinaciones, donde alguien percibe algo que realmente no está presente (como ver, escuchar o sentir cosas que no están allí), pueden hacer que una persona y sus miembros de su familia sientan miedo, confusión y ansiedad. Cuando un adulto mayor, como una abuela, con frecuencia experimenta alucinaciones, puede ser preocupante. Hay varias causas, desde afecciones médicas hasta efectos secundarios de los medicamentos. A continuación, explicaremos las causas más comunes de alucinaciones en adultos mayores y proporcionaremos información sobre el diagnóstico y las opciones de tratamiento.

1. Demencia y enfermedad de Alzheimer
La demencia, particularmente la enfermedad de Alzheimer, es una de las causas más comunes de alucinaciones en adultos mayores. La enfermedad de Alzheimer es un trastorno neurológico progresivo que causa daño a las células cerebrales, lo que lleva a un deterioro cognitivo. A medida que el cerebro se deteriora, puede afectar varias funciones, incluida la percepción y la memoria. Las alucinaciones en el Alzheimer pueden surgir debido a los cambios en el equilibrio químico del cerebro o debido a la confusión causada por la pérdida de memoria. Las partes del cerebro responsables del procesamiento de la información sensorial pueden verse interrumpidas, lo que lleva a percepciones erróneas o experiencias sensoriales “falsas”.

Diagnóstico
Se necesita una evaluación médica integral para diagnosticar la demencia y la enfermedad de Alzheimer. Esta evaluación a menudo incluye un examen físico y neurológico, pruebas cognitivas y imágenes cerebrales (como una resonancia magnética o tomografía computarizada). Un médico también puede preguntar sobre el historial médico de la familia y realizar una evaluación de estado mental para evaluar la función cognitiva. Las alucinaciones son más comunes en las etapas posteriores de la enfermedad de Alzheimer, por lo que el diagnóstico temprano puede centrarse en identificar el deterioro cognitivo.
Opciones de tratamiento:
Actualmente no hay cura para la enfermedad de Alzheimer, pero los medicamentos pueden ayudar a controlar los síntomas. Los inhibidores de la colinesterasa (p. Ej., Donepezil, rivastigmine) pueden prescribirse a una disminución cognitiva lenta y ayudar con los problemas de memoria. En algunos casos, los medicamentos antipsicóticos (p. Ej., Quetiapina, risperidona) pueden usarse con cautela para tratar las alucinaciones, pero estos medicamentos generalmente están reservados para casos graves debido a los efectos secundarios, especialmente en los adultos mayores. Los enfoques no farmacológicos, como la terapia de estimulación cognitiva y el mantenimiento de un entorno estable y de bajo estrés, también pueden ayudar.
2. Enfermedad de Parkinson
La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que afecta principalmente el movimiento, pero también puede conducir a cambios cognitivos, incluidas las alucinaciones. Esta enfermedad causa una pérdida de células productoras de dopamina en el cerebro, lo que interrumpe la comunicación entre diferentes partes del cerebro. Esta interrupción puede provocar síntomas motor (como temblores y rigidez) y síntomas no motores, incluidas las alucinaciones. Las alucinaciones pueden ser alucinación visual (por ejemplo, ver personas o animales) o alucinación auditiva (voces auditivas), y tienden a ocurrir a medida que la enfermedad progresa o como resultado de la medicación.
Diagnóstico
La enfermedad de Parkinson se diagnostica a través de una combinación de historial médico, examen físico y observación de síntomas. No hay una prueba única para la enfermedad de Parkinson; Sin embargo, un neurólogo puede realizar varias pruebas de diagnóstico, incluidas las escaneos de resonancia magnética o los análisis de sangre, para descartar otras afecciones. El diagnóstico a menudo se confirma en función de la presencia de síntomas motores (como temblores o bradicinesia) y el historial médico del paciente.
Opciones de tratamiento:
La enfermedad de Parkinson se puede manejar con medicamentos que ayudan a controlar los síntomas, particularmente los reemplazos de dopamina (p. Ej., Levodopa) o agonistas de dopamina (p. Ej., Pramipexol). Sin embargo, los medicamentos utilizados para tratar la enfermedad de Parkinson a veces pueden provocar o empeorar las alucinaciones, especialmente en adultos mayores. En estos casos, los médicos pueden ajustar el régimen de medicación, reducir las dosis o probar tratamientos alternativos. Si las alucinaciones persisten, los medicamentos antipsicóticos (como la quetiapina) pueden usarse en dosis bajas, aunque deben ser monitoreados de cerca debido a posibles efectos secundarios.
3. Efectos secundarios de medicamentos
Ciertos medicamentos, especialmente los medicamentos comúnmente recetados a los adultos mayores, pueden causar alucinaciones como un efecto secundario. Se sabe que los medicamentos como las benzodiacepinas, los antidepresivos, los anticolinérgicos y los opioides aumentan el riesgo de alucinaciones, particularmente cuando se toman en dosis más altas o durante períodos prolongados. Estos medicamentos pueden interferir con el equilibrio de neurotransmisores en el cerebro o afectar las áreas del cerebro involucradas en el procesamiento sensorial, lo que lleva a trastornos perceptuales.
Diagnóstico
El diagnóstico de alucinaciones inducidas por medicamentos requiere una revisión exhaustiva del historial de uso de medicamentos del paciente. Un médico evaluará el momento de las alucinaciones en relación con el uso de nuevos medicamentos o cambios en la dosis. También se pueden hacer análisis de sangre o detección de drogas para verificar los niveles de medicamentos específicos en el cuerpo.
Opciones de tratamiento:
Si se sospecha que la medicación es la causa, el médico puede sugerir reducir la dosis de medicamentos, descontinuar ese medicamento o cambiar a un medicamento alternativo con un menor riesgo de causar alucinaciones. Es esencial trabajar estrechamente con un médico al ajustar los medicamentos, porque la interrupción repentina de algunos medicamentos puede tener efectos secundarios graves.
4. Delirio
El delirio es un estado de confusión aguda y desorientación, a menudo desencadenada por una condición médica subyacente, como infección, deshidratación o desequilibrios metabólicos. Los adultos mayores son particularmente vulnerables al delirio, y las alucinaciones son un síntoma común. El delirio resulta de un desequilibrio en la función cerebral, a menudo desencadenada por una enfermedad física o intervención médica (por ejemplo, cirugía, hospitalización). En este estado, el cerebro puede malinterpretar la información sensorial, lo que conduce a alucinaciones.
Diagnóstico
El delirio se diagnostica a través de la evaluación clínica, incluida una revisión del historial médico del paciente, las condiciones de salud actuales y los medicamentos. El médico también evaluará la función cognitiva, la capacidad de atención y el nivel general de conciencia del paciente. Se pueden hacer análisis de sangre y estudios de imágenes para identificar cualquier causa subyacente, como infección o deshidratación.
Opciones de tratamiento:
El tratamiento para el delirio se centra en abordar la causa subyacente (por ejemplo, tratar infecciones, corregir la deshidratación o manejar los desequilibrios metabólicos). Asegurar un ambiente tranquilo y familiar también puede ayudar, al igual que minimizar las restricciones físicas o los medicamentos innecesarios. En algunos casos, se pueden recetar fármacos antipsicóticos (como el haloperidol) para alucinaciones graves, pero estos fármacos deben usarse con cautela en adultos mayores.
5. Visión o discapacidad auditiva
Para algunos adultos mayores, las alucinaciones pueden estar relacionadas con la privación sensorial, particularmente en casos de visión significativa o pérdida auditiva. El cerebro puede tratar de compensar la falta de aportes sensoriales creando alucinaciones, especialmente alucinaciones visuales o auditivas. Estas alucinaciones a veces se denominan “Síndrome del capó Charles” en casos de pérdida de visión. En esta condición, los individuos con discapacidad visual severa pueden ver imágenes o personas vívidas e inexistentes.
Diagnóstico
Un examen exhaustivo de ojo o audición puede ayudar a determinar si el deterioro sensorial está contribuyendo a las alucinaciones. Las pruebas de visión, incluidas las exploraciones retinianas o la tomografía de coherencia óptica, pueden diagnosticar afecciones como la degeneración macular o la retinopatía diabética. Las pruebas auditivas (audiometría) pueden ayudar a identificar la pérdida auditiva que puede estar contribuyendo a las alucinaciones auditivas.
Opciones de tratamiento:
El tratamiento se centra en mejorar o compensar la pérdida sensorial. En casos de deterioro de la visión, el uso de dispositivos de aumento o lentes correctivas puede ayudar. Los audífonos pueden mejorar la audición y reducir las alucinaciones auditivas. En algunos casos, la terapia para ayudar a las personas a hacer frente a sus alucinaciones, como la terapia cognitiva conductual, también puede ser beneficioso.
6. Condiciones de salud mental (por ejemplo, depresión, esquizofrenia)
Si bien es más común en las personas más jóvenes, algunos adultos mayores pueden desarrollar afecciones de salud mental como depresión o esquizofrenia, lo que puede causar alucinaciones. La depresión en los ancianos, especialmente cuando no se trata, puede conducir a características psicóticas, incluidas las alucinaciones. La esquizofrenia es una condición crónica que puede causar alucinaciones auditivas o visuales, aunque es menos común en los adultos mayores.
Diagnóstico
El diagnóstico de alucinaciones relacionadas con la salud mental se realiza con una evaluación psiquiátrica integral. Un médico preguntará sobre la historia emocional y psicológica del paciente, los síntomas actuales y los antecedentes familiares de problemas de salud mental. Las evaluaciones y exámenes psiquiátricos estándar pueden ayudar a determinar si hay depresión, esquizofrenia u otro trastorno de salud mental.
Opciones de tratamiento:
Las condiciones de salud mental como la depresión y la esquizofrenia se tratan con una combinación de psicoterapia y medicamentos. Los antidepresivos (como los ISRS) o los antipsicóticos (como la olanzapina o la risperidona) pueden prescribirse dependiendo de la condición subyacente. La terapia, incluida la terapia cognitiva-conductual, puede ayudar a las personas a controlar los síntomas y mejorar las estrategias de afrontamiento.
En resumen, las alucinaciones en individuos de edad avanzada, como su abuela, pueden ser causadas por diversas afecciones médicas, efectos secundarios de medicamentos o discapacidades sensoriales. Identificar la causa subyacente es esencial para un tratamiento adecuado, como ajustar los medicamentos, el manejo de afecciones neurológicas o abordar la visión y la pérdida auditiva. Consultar a un profesional de la salud para una evaluación exhaustiva es la mejor manera de tratar y mejorar la calidad de vida tanto para el individuo afectado como para su familia.