Preeclampsia es una complicación del embarazo en la que la presión arterial de la mujer se eleva y se encuentran proteínas en la orina. Se desconoce la causa, aunque existen factores de riesgo bien documentados.
Factores de riesgo
Los factores de riesgo para desarrollar preeclampsia incluyen:
- Historia de hipertensión arterial antes del embarazo
- Edad mayor de 40 o menor de 18
- Obesidad
- Diabetes
- Primer embarazo
- Embarazos múltiples (gemelos o más)
- Etnia afroamericana
- Otras afecciones crónicas, como el lupus.
Complicaciones
La preeclampsia es una condición peligrosa. Las mujeres no solo corren el riesgo de sufrir complicaciones de salud a largo plazo, incluida la presión arterial alta en el futuro, sino que la preeclampsia es un factor de riesgo conocido de muerte fetal. También es un factor que contribuye a muchos partos prematuros. Si no se trata, la preeclampsia puede convertirse en eclampsia, que puede ser fatal tanto para la madre como para el bebé.
La preeclampsia grave también puede convertirse en síndrome HELLP, que significa hemólisis, enzimas hepáticas elevadas y recuento bajo de plaquetas. Si no se “cura” mediante el parto, el síndrome HELLP puede causar hemorragia (sangrado severo), edema pulmonar (líquido en los pulmones), insuficiencia renal, insuficiencia hepática o la muerte de una mujer. El síndrome de HELLP también puede causar desprendimiento de placenta.
Presión arterial alta frente a preeclampsia
Es posible tener presión arterial alta durante el embarazo y no tener preeclampsia. Algunas mujeres tienen hipertensión crónica antes de quedar embarazadas. Algunas mujeres también desarrollan presión arterial levemente elevada durante el embarazo sin tener los otros síntomas de preeclampsia (esto se llama hipertensión inducida por el embarazo). Sin embargo, en ambos casos, una mujer tiene un mayor riesgo de desarrollar preeclampsia y debe ser monitoreada muy de cerca.
Síntomas
Los síntomas de la preeclampsia que pueden ocurrir incluyen:
- Alta presión sanguínea
- Proteína en la orina
- Un dolor de cabeza, a menudo severo
- Hinchazón, especialmente de las manos, los pies o la cara.
- Dolor epigástrico o dolor en el centro alto o en el lado derecho superior del abdomen
- Cambios visuales, como manchas frente a los ojos o luces intermitentes.
- Aumento de peso repentino
- Náuseas y vómitos
- Disminución de la producción de orina.
- Enzimas hepáticas anormales
- Plaquetas bajas
Si tiene alguno de los síntomas de la preeclampsia, debe ser evaluado por un médico o una partera. Se controlará su presión arterial y se realizarán varias pruebas de laboratorio. Tendrá que dar una muestra de orina y se le extraerá algo de sangre.
Muchas mujeres no se sienten enfermas al principio con preeclampsia. Esa es una de las razones por las que es tan importante recibir atención prenatal con regularidad. Se controlará su presión arterial en cada visita, así como su orina para detectar proteínas. La detección temprana de la preeclampsia puede significar la diferencia entre la vida y la muerte para usted o su bebé.
Tratamiento
La única cura para la preeclampsia es el parto. Si ya está a término, lo más probable es que su médico le recomiende una inducción del trabajo de parto. Si tiene menos de 37 semanas, su médico tendrá que determinar qué tan grave es su preeclampsia para elegir el mejor plan de tratamiento.
Es posible reducir el riesgo de eclampsia (convulsiones) administrando sulfato de magnesio por vía intravenosa. Sin embargo, esta es solo una solución temporal y, por lo general, solo se usa para mantener a la mujer protegida de la convulsión eclámptica el tiempo suficiente para administrar inyecciones de esteroides para madurar los pulmones del feto en preparación para el parto. Los esteroides generalmente se administran entre las 24 y 34 semanas de edad gestacional.
Enlace a la pérdida del embarazo
La preeclampsia se asocia con la muerte fetal intrauterina, pero también es una indicación común para inducir el parto prematuramente (antes de las 37 semanas). La prematuridad sigue siendo una de las principales causas de muerte en los lactantes.