Visión de conjunto
¿Qué es la tularemia?
La tularemia es una enfermedad rara y altamente infecciosa causada por la bacteria Francisella tularensis. También se llama fiebre del conejo o fiebre de la mosca del venado. La bacteria puede infectar a una amplia gama de animales, incluidos conejos y liebres, castores, ratas almizcleras, ardillas y ratones, y transmitir la enfermedad a las personas. Se han producido casos de tularemia en animales domésticos, como perros, gatos y hámsters.
¿Qué tan común es la tularemia?
Hay pocos casos informados de tularemia en los Estados Unidos (alrededor de 100 a 200 casos informados por año) y se considera una enfermedad rara. Sin embargo, algunos casos pueden ser mal diagnosticados o pasar desapercibidos porque los síntomas de la enfermedad se parecen a los de otras enfermedades. La mayoría de los casos confirmados han ocurrido en zonas rurales de Arkansas, Kansas, Missouri y Oklahoma. Las personas de todas las edades pueden infectarse, aunque los hombres corren un mayor riesgo que las mujeres.
Síntomas y Causas
¿Qué causa la tularemia?
Las picaduras de garrapatas, moscas, mosquitos u otros insectos portadores de la bacteria Francisella tularensis pueden infectar a humanos y animales. Los animales salvajes mueren con frecuencia después de infectarse, pero las personas que reciben un tratamiento rápido pueden recuperarse de la tularemia. Una persona infectada con tularemia no puede transmitir la infección a otra persona. Sin embargo, la bacteria F. tularensis es muy infecciosa y puede sobrevivir durante largos períodos en el medio ambiente. Las principales formas en que la tularemia se puede transmitir a los humanos incluyen:
- Ser picado por garrapatas, tábanos, tábanos o mosquitos
- Manejo de animales vivos o muertos infectados con tularemia o sus fluidos o tejidos
- Comer alimentos o beber agua contaminada
- Inhalar una fina neblina o rocío (aerosol) o partículas de polvo que contienen la bacteria
Las personas que trabajan al aire libre o realizan actividades al aire libre, como cazar, atrapar, hacer caminatas o acampar, corren un mayor riesgo de contraer tularemia. Los trabajadores de laboratorio que manipulan muestras biológicas de animales o humanos infectados también pueden estar en riesgo a menos que tomen las medidas de seguridad adecuadas.
¿Cuáles son los síntomas de la tularemia?
Los síntomas pueden variar ampliamente, dependiendo de la vía de transmisión. Pueden variar de leves a graves. En algunos casos, no hay síntomas o no se notan signos de infección. La infección puede poner en peligro la vida si no se trata. Por lo general, toma de tres a cinco días después de la infección antes de que aparezcan los síntomas, pero puede demorar hasta dos o tres semanas.
Los síntomas de la tularemia pueden incluir:
- Úlcera o erupción cutánea
- Ganglios linfáticos inflamados o sensibles
- fiebre repentina
- Escalofríos
- Dolor muscular
- Dolor en las articulaciones
- Dolor de cabeza
- Fatiga
- tos
- Debilidad
- Malestar general (una sensación general de estar enfermo)
La forma en que la bacteria ingresa al cuerpo puede afectar los síntomas. Pueden persistir durante varias semanas. Hay varias formas principales de tularemia, según la ruta de transmisión.
- Ulceroglandular: Este es el tipo más común de infección, generalmente transmitida por una picadura de garrapata o mosca de venado o por tocar un animal infectado. A menudo aparece una úlcera o sarpullido en la piel en el área donde la bacteria ingresa al cuerpo, y los ganglios linfáticos pueden inflamarse o volverse sensibles.
- Glandular: Esta forma es similar a la forma ulceroglandular, excepto que no hay úlcera en la piel. También se transmite por picaduras de insectos o animales infectados.
- Orofaríngea: La tularemia puede ingresar al cuerpo a través de la boca si come carne contaminada o poco cocida o bebe agua contaminada. Puede desarrollar síntomas como dolor de garganta, llagas en la boca o dolor de estómago. Puede causar náuseas, vómitos o diarrea.
- Oculoglandular: Las bacterias de la tularemia pueden ingresar al ojo a través del contacto con bacterias en los dedos o las manos. Los cazadores que despellejan y preparan carne de conejos u otros animales pueden ser propensos a infecciones oculares. La inflamación de la membrana del ojo (conjuntivitis) puede causar dolor, enrojecimiento y picazón en los ojos. También pueden ocurrir glándulas linfáticas inflamadas.
- Neumónico: Esta es una forma muy grave de tularemia y puede poner en peligro la vida. Afecta a los pulmones. Ocurre cuando las personas inhalan polvo o gotas finas que contienen la bacteria. Los síntomas pueden incluir tos, dolor de pecho y problemas respiratorios. Se puede acumular líquido alrededor del pulmón o se pueden producir abscesos pulmonares.
- Tifoidea: Este tipo es una forma general de tularemia cuyos síntomas incluyen fiebre, dolor en las articulaciones y malestar general. Puede ser difícil averiguar cómo entró la infección en el cuerpo. Este tipo afecta el torrente sanguíneo y los órganos principales. Los síntomas pueden incluir diarrea, agrandamiento del bazo y el hígado e ictericia.
Diagnóstico y Pruebas
¿Cómo se diagnostica la tularemia?
Puede ser difícil diagnosticar la tularemia porque sus síntomas pueden parecerse a los de otras infecciones. Su médico realizará un examen físico y le hará preguntas sobre su historial médico. Debe informar a su médico sobre cualquier posible exposición a animales infectados o picaduras de insectos.
Si su médico sospecha de tularemia, es posible que ordene pruebas de laboratorio para confirmar el diagnóstico. No hay pruebas de laboratorio rápidas para la tularemia.
Las pruebas de laboratorio pueden incluir:
- Análisis de sangre
- Cultivos bacterianos: las bacterias se pueden cultivar en medios de cultivo en el laboratorio para confirmar un caso sospechoso. Se pueden recolectar muestras biológicas, como raspados o hisopos tomados de lesiones cutáneas, esputo, tejido obtenido de una biopsia o hisopos de garganta.
Manejo y Tratamiento
¿Cómo se trata la tularemia?
Los antibióticos pueden administrarse durante un período de diez días a tres semanas. Algunos antibióticos que son efectivos contra la tularemia son:
- Aminoglucósidos (estreptomicina, gentamicina): la estreptomicina es el fármaco de elección. Se inyecta en un músculo (intramuscular). La gentamicina se puede administrar como un líquido intravenoso (IV). Sin embargo, los aminoglucósidos pueden causar efectos secundarios graves y pueden no ser adecuados para todos los pacientes.
- Quinolonas (ciprofloxacino)
- Tetraciclinas (doxiciclina)
Prevención
¿Cómo se puede prevenir la tularemia?
No hay manera de prevenir una infección por completo. No hay vacuna contra la tularemia disponible para el público en general. Los trabajadores de laboratorio con mayor riesgo de infección deben tomar medidas preventivas especiales contra la enfermedad. Sin embargo, el riesgo de infección se puede reducir siguiendo estas precauciones cuando se trabaja o se pasa tiempo al aire libre.
- Use repelentes de insectos que contengan picaridina, DEET o IR3535.
- Evite las picaduras de insectos usando pantalones largos, mangas largas y calcetines para cubrir la piel.
- Evite beber agua superficial no tratada que pueda estar contaminada.
- Revise el césped o las áreas cubiertas de hierba en busca de animales enfermos o muertos antes de cortar el césped.
- Use guantes cuando manipule cadáveres de animales, especialmente los de roedores y conejos.
- Cocine bien la carne de los animales de caza antes de comerla.
Outlook / Pronóstico
¿Cuáles son las complicaciones de la tularemia?
El pronóstico depende de la ruta de transmisión y qué tan pronto se inicie el tratamiento. Puede haber recaídas ocasionales, pero aquellos que se recuperan desarrollan inmunidad a la bacteria. Debe tomar antibióticos según lo prescrito para prevenir una recaída.
Las tasas de mortalidad más altas están asociadas con las formas neumónica y tifoidea de tularemia, si no se tratan.
En casos severos, la tularemia puede ser fatal o provocar complicaciones graves, como:
- Neumonía
- Shock séptico
- Agrandamiento del hígado
- Agrandamiento del bazo
-
Insuficiencia renal o insuficiencia de otros órganos importantes