¿Qué es el tumor de Wilms?
El tumor de Wilms es un cáncer de riñón poco común que afecta principalmente a los niños. También conocido como nefroblastoma, el tumor de Wilms es el cáncer de riñón más común en los niños. El tumor de Wilms afecta con mayor frecuencia a niños de 3 a 4 años y se vuelve mucho menos común después de los 5 años.
El tumor de Wilms ocurre con mayor frecuencia en un solo riñón, aunque a veces se puede encontrar en ambos riñones al mismo tiempo.
A lo largo de los años, los avances en el diagnóstico y el tratamiento del tumor de Wilms han mejorado enormemente las perspectivas (pronóstico) de los niños con esta enfermedad. Con el tratamiento adecuado, el pronóstico para la mayoría de los niños con tumor de Wilms es muy bueno.
Síntomas del tumor de Wilms
Los signos y síntomas del tumor de Wilms varían ampliamente y algunos niños no muestran ningún signo obvio. Pero la mayoría de los niños con tumor de Wilms experimentan uno o más de estos síntomas:
- Una masa abdominal que puedes sentir
- Hinchazón abdominal
- Dolor abdominal
Otros síntomas pueden incluir:
- Fiebre
- Sangre en la orina
- Náuseas o vómitos o ambos
- Estreñimiento
- Pérdida de apetito
- Dificultad para respirar
- Alta presión sanguínea
¿Cuándo necesitas ver a un médico?
Concierte una cita con el médico de su hijo si nota algún síntoma que le preocupe. El tumor de Wilms es poco común, por lo que es mucho más probable que algo más esté causando los síntomas, pero es importante verificar cualquier inquietud.
¿Qué causa el tumor de Wilms?
Los investigadores no saben claramente qué causa el tumor de Wilms, pero en casos raros, la herencia puede jugar un papel.
El cáncer comienza cuando las células desarrollan errores en su ADN. Los errores permiten que las células crezcan y se dividan sin control y sigan viviendo cuando otras células morirían. Las células acumuladas forman un tumor. En el tumor de Wilms, este proceso ocurre en las células renales.
En casos raros, los errores en el ADN que conducen al tumor de Wilms se transmiten de padres a hijos. En la mayoría de los casos, no existe una conexión conocida entre padres e hijos que pueda conducir al cáncer.
Factores de riesgo
Los factores que pueden aumentar el riesgo de desarrollar el tumor de Wilms incluyen:
- Raza afroamericana. Los niños afroamericanos tienen un riesgo ligeramente mayor de desarrollar el tumor de Wilms que los niños de otras razas. Los niños asiático-americanos parecen tener un riesgo menor que los niños de otras razas.
- Historia familiar de tumor de Wilms. Si alguien de la familia de su hijo ha tenido tumor de Wilms, entonces su hijo tiene un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
El tumor de Wilms se presenta con mayor frecuencia en niños con ciertas anomalías o síndromes presentes al nacer, que incluyen:
- Aniridia. En la aniridia, el iris, la parte coloreada del ojo, se forma solo parcialmente o no se forma en absoluto.
- Hemihipertrofia. Hemihipertrofia significa que un lado del cuerpo o una parte del cuerpo es notablemente más grande que el otro lado.
El tumor de Wilms puede ocurrir como parte de síndromes raros, que incluyen:
- Síndrome de WAGR. Este síndrome incluye tumor de Wilms, aniridia, anomalías del sistema genital y urinario y discapacidad intelectual.
- Síndrome de Denys-Drash. Este síndrome incluye el tumor de Wilms, la enfermedad renal y el pseudohermafroditismo masculino, en el que un niño nace con testículos pero puede presentar características femeninas.
- Síndrome de Beckwith-Wiedemann. Los niños con este síndrome tienden a ser significativamente más grandes que el promedio (macrosomía). Otros signos pueden incluir órganos abdominales que sobresalen en la base del cordón umbilical, una lengua grande (macroglosia), órganos internos agrandados y anomalías en los oídos. También existe un mayor riesgo de tumores, incluido un tipo de cáncer de hígado llamado hepatoblastoma.
Prevención del tumor de Wilms
Usted o su hijo no pueden hacer nada para prevenir el tumor de Wilms.
Si su hijo tiene factores de riesgo para el tumor de Wilms (como síndromes asociados conocidos), el médico puede recomendar ecografías renales periódicas para buscar anomalías renales. Aunque esta prueba de detección no puede prevenir el tumor de Wilms, puede ayudar a detectar la enfermedad en una etapa temprana.
Diagnóstico del tumor de Wilms
Para diagnosticar el tumor de Wilms, el médico de su hijo puede recomendar:
- Un examen físico. El médico buscará posibles signos del tumor de Wilms.
- Análisis de sangre y orina. Estas pruebas de laboratorio no pueden detectar el tumor de Wilms, pero pueden indicar qué tan bien están funcionando los riñones y descubrir ciertos problemas renales o recuentos sanguíneos bajos.
- Pruebas de imagen. Las pruebas que crean imágenes de los riñones ayudan al médico a determinar si su hijo tiene un tumor renal. Las pruebas de imágenes pueden incluir una ecografía, una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (MRI).
Determinar el estadio del tumor de Wilms.
Una vez que el médico de su hijo diagnostica el tumor de Wilms, el médico trabaja para determinar la extensión (etapa) del cáncer. El médico puede recomendar una radiografía de tórax o una tomografía computarizada de tórax y una gammagrafía ósea para determinar si el cáncer se ha diseminado más allá de los riñones.
El médico asigna una etapa al cáncer, lo que ayuda a determinar las opciones de tratamiento. El tumor de Wilms puede tener estas cinco etapas:
- Estadio I. El cáncer se encuentra solo en un riñón, está completamente contenido dentro del riñón y se puede extirpar por completo con cirugía.
- Estadio II. El cáncer se ha diseminado a los tejidos y estructuras más allá del riñón afectado, como la grasa o los vasos sanguíneos cercanos, pero aún se puede extirpar por completo mediante cirugía.
- Estadio III. El cáncer se ha diseminado más allá del área del riñón hasta los ganglios linfáticos cercanos u otras estructuras dentro del abdomen, el tumor puede extenderse dentro del abdomen antes o durante la cirugía, o puede que no se extirpe por completo mediante cirugía.
- Estadio IV. El cáncer se ha diseminado fuera del riñón a estructuras distantes, como los pulmones, el hígado, los huesos o el cerebro.
- Estadio V. Las células cancerosas se encuentran en ambos riñones (tumores bilaterales).
Tratamiento del tumor de Wilms
El tratamiento del tumor de Wilms generalmente incluye cirugía y quimioterapia y, a veces, radioterapia. Los métodos de tratamiento pueden variar según la etapa del cáncer. Debido a que este tipo de cáncer es poco común, el médico de su hijo puede recomendarle que busque tratamiento en un centro oncológico infantil que tenga experiencia en el tratamiento de este tipo de cáncer.
Cirugía para extirpar todo o parte de un riñón
El tratamiento para el tumor de Wilms puede comenzar con una cirugía para extirpar todo o parte de un riñón (nefrectomía). La cirugía también se usa para confirmar el diagnóstico: el tejido extraído durante la cirugía se envía a un laboratorio para determinar si es canceroso y qué tipo de cáncer hay en el tumor.
La cirugía para el tumor de Wilms puede incluir:
- Extracción de parte del riñón afectado. La nefrectomía parcial implica la extirpación del tumor y una pequeña parte del tejido renal que lo rodea. La nefrectomía parcial puede ser una opción si el cáncer es muy pequeño o si su hijo solo tiene un riñón en funcionamiento.
- Extracción del riñón afectado y el tejido circundante. En una nefrectomía radical, los médicos extirpan el riñón y los tejidos circundantes, incluida parte del uréter y, a veces, la glándula suprarrenal. También se extraen los ganglios linfáticos cercanos. El riñón restante puede aumentar su capacidad y asumir la función de filtrar la sangre.
- Extracción total o parcial de ambos riñones. Si el cáncer afecta a ambos riñones, el cirujano extirpa la mayor cantidad posible de cáncer de ambos riñones. En una pequeña cantidad de casos, esto puede significar la extirpación de ambos riñones, y su hijo necesitará diálisis renal. Si un trasplante de riñón es una opción, su hijo ya no necesitaría diálisis.
Quimioterapia
La quimioterapia usa medicamentos poderosos para destruir las células cancerosas en todo el cuerpo. El tratamiento para el tumor de Wilms generalmente implica una combinación de medicamentos, administrados a través de una vena, que actúan juntos para destruir las células cancerosas.
Los efectos secundarios que pueda experimentar su hijo dependerán de los medicamentos que se utilicen. Los efectos secundarios comunes incluyen náuseas, vómitos, pérdida de apetito, caída del cabello y mayor riesgo de infecciones. Pregúntele al médico qué efectos secundarios pueden ocurrir durante el tratamiento y si existen posibles complicaciones a largo plazo.
La quimioterapia se puede utilizar antes de la cirugía para reducir el tamaño de los tumores y facilitar su extirpación. Esta terapia se puede usar después de la cirugía para destruir cualquier célula cancerosa que pueda quedar en el cuerpo. La quimioterapia también puede ser una opción para los niños cuyos cánceres están demasiado avanzados para extirparlos por completo con cirugía.
Para los niños que tienen cáncer en ambos riñones, la quimioterapia se administra antes de la cirugía. Este método puede ayudar a los cirujanos a salvar al menos un riñón para preservar la función renal.
Radioterapia
Dependiendo del estadio del tumor, se puede recomendar radioterapia. La radioterapia utiliza rayos de alta energía para destruir las células cancerosas.
Durante la radioterapia, su hijo se coloca con cuidado sobre una mesa y una máquina grande se mueve alrededor de su hijo, dirigiendo rayos de energía al cáncer con precisión. Los posibles efectos secundarios incluyen náuseas, diarrea, cansancio e irritación de la piel similar a una quemadura solar.
Solo unos pocos centros ofrecen terapia con haz de protones. Esta es una terapia de rayos de precisión altamente dirigida que destruye el cáncer sin afectar el tejido sano.
La radioterapia se puede usar después de la cirugía para destruir las células cancerosas que no se extrajeron durante la operación. Esta terapia también puede ser una opción para controlar el cáncer que se ha diseminado a otras áreas del cuerpo, dependiendo de dónde se haya diseminado el cáncer.
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