Visión de conjunto
¿Qué es la hidrocefalia de presión normal (NPH)?
La hidrocefalia de presión normal (NPH, por sus siglas en inglés) es una afección causada por una acumulación anormal de líquido cefalorraquídeo (LCR) en los ventrículos (cavidades o espacios) del cerebro. El líquido cefalorraquídeo es un líquido transparente que circula alrededor del cerebro y la médula espinal, amortiguándolos y protegiéndolos del daño. Cuando las personas tienen NPH, tienen un exceso de líquido cefalorraquídeo porque sus cuerpos no pueden drenar y absorber adecuadamente el líquido. Esta acumulación de líquido puede dañar el cerebro.
La diferencia entre la NPH y otras formas de hidrocefalia es que, aunque hay una cantidad de LCR mayor de lo normal, la presión dentro de los ventrículos sigue siendo la misma. Esta acumulación de líquido hace que los síntomas se presenten con el tiempo.
¿Quién contrae hidrocefalia de presión normal (NPH)?
La hidrocefalia de presión normal ocurre con mayor frecuencia en personas mayores de 60 años.
¿Qué tan común es la hidrocefalia de presión normal (NPH)?
Es difícil saber cuántas personas tienen realmente hidrocefalia normotensiva (NPH) porque sus síntomas son similares a los de otras enfermedades, como el Alzheimer o el Parkinson, o incluso al propio proceso natural de envejecimiento. Sin embargo, se estima que hasta el 10 por ciento de las personas con demencia atribuida a otros trastornos en realidad pueden tener NPH.
Síntomas y Causas
¿Qué causa la hidrocefalia de presión normal (NPH)?
La causa exacta de la hidrocefalia de presión normal (NPH, por sus siglas en inglés) no está clara. En la mayoría de los casos de NPH, se desconoce la causa de la acumulación de líquido cefalorraquídeo (LCR). Sin embargo, en algunos casos, la NPH puede ocurrir como resultado de otras condiciones que afectan el cerebro, entre ellas:
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Sangrado alrededor del cerebro debido a lesiones en la cabeza o un accidente cerebrovascular
- Infecciones como la meningitis
¿Cuáles son los síntomas de la hidrocefalia de presión normal (NPH)?
Hay tres síntomas clásicos de la hidrocefalia de presión normal (NPH):
- Dificultad para caminar. Este problema puede ser leve o severo. En muchos casos, las personas con NPH tienen problemas para levantar los pies. Algunos lo describen como la sensación de que sus pies están pegados al suelo. Esto puede provocar que camine arrastrando los pies y que tenga problemas para subir escaleras y bordillos. También aumenta el riesgo de caídas.
- Demencia. Esto a menudo implica confusión, pérdida/olvidos de la memoria a corto plazo, dificultad para prestar atención, cambios de humor y falta de interés en las actividades diarias.
- Problemas con el control de la vejiga. Los problemas incluyen incontinencia urinaria (la incapacidad de retener la orina), micción frecuente y una fuerte sensación de necesidad de orinar.
Diagnóstico y Pruebas
¿Cómo se diagnostica la hidrocefalia normotensiva (NPH)?
El diagnóstico comienza con una revisión cuidadosa de los síntomas y el historial médico. entrevista médica y un examen físico. Otras pruebas incluyen:
- Pruebas de imagen. Se realiza una tomografía computarizada o una resonancia magnética de la cabeza para buscar ventrículos agrandados en el cerebro.
- Pruebas de líquido cefalorraquídeo. Estas pruebas incluyen una punción lumbar y un drenaje lumbar externo. Durante una punción lumbar, se extrae una pequeña muestra de líquido cefalorraquídeo y se evalúa al paciente para ver si los síntomas mejoran. Durante el drenaje lumbar externo, se extrae líquido cefalorraquídeo a través de un catéter (tubo) especial durante un período de 36 horas para ver si los síntomas mejoran drásticamente y para probar el beneficio potencial de implantar una derivación (ver tratamiento).
- Análisis de la marcha (caminar). Esta es una prueba de caminata cronometrada. Se observa al paciente mientras camina 10 metros (unos 30 pies).
- Pruebas neuropsicológicas. Esto implica una serie de evaluaciones para determinar si hay una pérdida de la función cerebral (incluida la memoria, la concentración y la resolución de problemas) debido a la NPH.
Manejo y Tratamiento
¿Cómo se trata la hidrocefalia de presión normal (NPH)?
Aunque no existe una cura para la NPH, los síntomas se pueden controlar mediante cirugía. La cirugía consiste en insertar un sistema de drenaje llamado derivación. Un extremo de la derivación, que es un tubo de plástico largo, resistente y flexible, se coloca en uno de los ventrículos del cerebro. El otro extremo se hace pasar por debajo de la piel a otra zona del cuerpo, generalmente la parte inferior del abdomen.
La derivación permite que el exceso de líquido cefalorraquídeo drene del cerebro y sea absorbido nuevamente por el cuerpo. Una válvula en la derivación mantiene el fluido fluyendo en la dirección correcta y al ritmo correcto. La derivación permanece en el cuerpo de la persona por el resto de su vida.
¿Cuáles son las complicaciones del tratamiento?
Las complicaciones del tratamiento de la hidrocefalia de presión normal (NPH) son aquellas asociadas con cualquier procedimiento quirúrgico. Incluyen sangrado, infección y reacción a la anestesia utilizada durante la cirugía. Los pacientes también pueden experimentar dolor abdominal leve. Las convulsiones también pueden ocurrir ya que la cirugía en el cerebro puede afectar áreas muy sensibles del cerebro. Afortunadamente, estas complicaciones no son comunes y, en la mayoría de los casos, pueden tratarse con éxito.
Prevención
¿Hay alguna forma de prevenir la hidrocefalia de presión normal (NPH)?
En este momento, no existe una forma conocida de prevenir la NPH. Sin embargo, recibir tratamiento tan pronto como aparezcan los síntomas puede mejorar esos síntomas y aumentar la posibilidad de una recuperación total o parcial.
Outlook / Pronóstico
¿Cuál es el pronóstico para las personas con hidrocefalia de presión normal (NPH, por sus siglas en inglés)?
La posibilidad de una buena recuperación de NPH es más probable si un paciente es diagnosticado y tratado en las primeras etapas. Algunas personas no necesitan cirugía de derivación porque los síntomas no son lo suficientemente graves como para afectar la vida diaria. Las personas que no necesitan cirugía deben continuar haciéndose controles con un médico para monitorear los síntomas. Si los síntomas empeoran, el médico puede recomendar la cirugía. Aquellos que se someten a cirugía, a menudo descubren que sus síntomas son manejables.