Aunque los síntomas de la esclerosis múltiple (EM) varían de persona a persona, experimentar cualquiera de ellos (por ejemplo, fatiga, espasmos / debilidad muscular y problemas de movilidad, por nombrar algunos) puede ser francamente brutal.
Esta es la razón por la que los expertos están trabajando diligentemente para encontrar terapias que, además de un medicamento modificador de la enfermedad de EM, puedan mejorar aún más los síntomas de una persona o incluso, quizás, ayudar a retrasar el curso de su enfermedad.
Una de esas terapias que se ha demostrado de manera constante que es beneficiosa para las personas que viven con EM es el ejercicio.
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Beneficios del ejercicio en la EM
Aparte de las sustancias químicas que “hacen sentirse bien” (llamadas endorfinas) que se liberan durante el ejercicio, las investigaciones sugieren que realizar actividades cardiorrespiratorias (por ejemplo, andar en bicicleta o nadar) puede mejorar la fuerza muscular, el cansancio, la cognición (memoria y habilidades de pensamiento) y la función respiratoria. en aquellos con EM.
Además, se ha descubierto que el entrenamiento de resistencia progresiva, una forma de ejercicio que se enfoca en desarrollar la fuerza muscular, no solo mejora la fuerza muscular sino también la fatiga y el estado de ánimo en algunas personas con EM.
Se han encontrado ejercicios de flexibilidad, que estiran los músculos y tendones en toda su longitud, en personas con EM para ayudarles a mantener el equilibrio, reducir la espasticidad y mejorar el rango de movimiento de las articulaciones.
Los ejercicios de flexibilidad, aunque a veces se pasan por alto, son especialmente importantes, teniendo en cuenta que los problemas de equilibrio y para caminar afectan aproximadamente del 50 al 80% de todas las personas con EM.
Aún más, una desafortunada complicación del equilibrio y la disfunción de la marcha está cayendo. Las investigaciones sugieren que más del 50% de las personas con EM se caen al menos una vez al año.
Otros síntomas o complicaciones relacionadas con la EM que pueden beneficiar el ejercicio regular incluyen:
- Mejora de la función de la vejiga y los intestinos.
- Prevenir la pérdida de densidad ósea (llamada osteoporosis)
- Reducir la depresión
- Mejorar el funcionamiento social y la calidad de vida.
Por último, es importante tener en cuenta que, además de beneficiar la salud de la EM, existen otros aspectos “positivos” de realizar una rutina de ejercicio regular.
La investigación ha encontrado que el ejercicio moderado y / o vigoroso disminuye el riesgo de obesidad, enfermedades cardíacas, derrames cerebrales, depresión y ciertos tipos de cáncer. También puede reducir el estrés y la ansiedad y mejorar el sueño.
Ejercicio y estructura cerebral
Si bien hay beneficios de síntomas definidos al hacer ejercicio si usted o un ser querido tiene EM, el jurado aún está deliberando sobre si el ejercicio puede alterar positivamente el cerebro de las personas que viven con EM. Se necesita más investigación para sacar conclusiones definitivas.
Explorando sus opciones de ejercicio
Para obtener los beneficios del ejercicio para su EM y su salud en general, no necesariamente tiene que comprar una membresía en un gimnasio o sacar sus pesas polvorientas o su vieja caminadora. En su lugar, considere la posibilidad de realizar actividades físicas más estimulantes y sociables que también sean menos costosas: una ventaja doble.
Por ejemplo, el yoga y el tai chi pueden mejorar el equilibrio y la coordinación. Del mismo modo, para los ejercicios cardiorrespiratorios, considere bailar, hacer senderismo, nadar, caminar con fuerza o unirse a un deporte organizado, como el tenis o el baloncesto. Las actividades cotidianas simples, como la jardinería y las tareas del hogar, también pueden hacer latir su corazón.
Para los ejercicios de fortalecimiento muscular, si está en una silla de ruedas, considere hacer extensiones de tríceps. Si es ambulatorio, haga sentadillas. Ambos ejercicios se pueden realizar desde la comodidad de su hogar.
Consejos a seguir al hacer ejercicio
Antes de embarcarse en un régimen de ejercicios, es sensato hablar primero con su proveedor de atención médica para asegurarse de que sus entrenamientos sean seguros y adecuados para usted.
También puede ser una buena idea consultar a un fisioterapeuta que tenga experiencia trabajando con personas con EM. Un fisioterapeuta puede ayudarlo a evitar lesiones (estirar de antemano es clave), así como también proponer ejercicios que disfrute y que no exacerben sus síntomas únicos de EM.
También es prudente tener en cuenta los siguientes consejos si es sensible al calor, lo que significa que sus síntomas de EM tienden a empeorar o exacerbarse por un aumento de la temperatura corporal (que es común):
- Programe sus entrenamientos de ejercicio temprano en la mañana cuando la temperatura es más fría y la temperatura de su cuerpo es más baja.
- Tome un baño tibio media hora antes de hacer ejercicio.
- Manténgase hidratado bebiendo agua fría durante sus entrenamientos.
- Utilice dispositivos de enfriamiento mientras hace ejercicio (p. Ej., Chaleco de enfriamiento, compresas frías o botellas con atomizador).
- Use ropa ligera y transpirable.
- Si hace ejercicio en el interior, asegúrese de que la instalación o la habitación tengan aire acondicionado.
Los proveedores de atención médica solían instruir a sus pacientes con EM para que evitaran el ejercicio por temor a desencadenar una recaída o empeorar los síntomas subyacentes.
Ahora sabemos que el ejercicio, cuando se realiza en las condiciones adecuadas y cuando se adapta a las necesidades únicas y el nivel de discapacidad de una persona, es realmente importante para la EM y la salud general de una persona.