Una lesión por esguince de tobillo puede causar una cantidad significativa de dolor y puede afectar drásticamente su capacidad para pararse, caminar o hacer ejercicio. Esto se debe a que este tipo de esguince causa síntomas como rigidez, dolor e inestabilidad en la parte inferior de la pierna.
Si bien algunos tipos de esguinces de tobillo superior pueden requerir cirugía, muchos pueden tratarse adecuadamente solo con fisioterapia (PT). Este artículo dará una visión detallada de lo que implica el PT para un esguince de tobillo alto, así como también discutirá opciones de tratamiento alternativas.
Descripción general del esguince de tobillo alto
Los esguinces de tobillo alto ocurren cuando el tejido conectivo fibroso y resistente (ligamentos) justo por encima del tobillo (denominado colectivamente sindesmosis) se estira y se desgarra.
Estas estructuras, que incluyen los ligamentos que mantienen unidos los huesos de la pierna (el ligamento interóseo y el ligamento tibiofibular anteroinferior, o AITFL), el ligamento que corre a lo largo de la parte exterior del tobillo (el ligamento tibiofibular posteroinferior o PITFL), y el ligamento que atraviesa la parte frontal del tobillo (el ligamento transverso), proporciona una estabilidad significativa a la parte inferior de la espinilla (la tibia).
Esguince de tobillo alto versus esguince de tobillo lateral
Un esguince de tobillo alto es diferente al esguince de tobillo lateral más común, que afecta los ligamentos en la parte exterior del pie.
El tipo más común de esguince de tobillo alto ocurre cuando el pie es forzado hacia afuera mientras la pierna está relativamente estable. Este tipo de lesión es especialmente frecuente en deportes de alto contacto como fútbol, fútbol o hockey y con frecuencia se acompaña de una fractura del hueso más pequeño de la pierna detrás de la espinilla (el peroné).
En los esguinces de tobillo más importantes, la fuerza de torsión excesiva puede causar un ensanchamiento del espacio entre los dos huesos de la parte inferior de la pierna (llamado diástasis) e incluso puede afectar los ligamentos deltoides en la parte interna del tobillo.
Los esguinces de tobillo alto pueden causar una amplia variedad de síntomas, que incluyen:
- Dolor justo por encima de la articulación del tobillo.
- Hinchazón
- Dificultad para caminar o soportar peso a través de la pierna.
- Inestabilidad o ceder la pierna.
Diagnóstico
El primer paso para tratar su esguince de tobillo superior es diagnosticarlo adecuadamente. Su médico o fisioterapeuta generalmente palpará (tocará) el área justo arriba del tobillo para evaluar la sensibilidad y le hará preguntas sobre cómo ocurrió la lesión. También se pueden realizar varias pruebas especiales, diseñadas para evaluar el daño a los ligamentos de la sindesmosis.
Dependiendo de sus síntomas, su proveedor médico también puede solicitar imágenes para evaluar adecuadamente la lesión. A menudo se necesitan radiografías para ayudar a visualizar los huesos de la parte inferior de la pierna y evaluar si hay fracturas. En algunos casos, también puede ser necesaria una resonancia magnética (resonancia magnética) o una tomografía computarizada (tomografía computarizada) para evaluar el daño al ligamento y si existe separación entre la tibia y el peroné.
Después del examen de su médico, la siguiente escala se usa tradicionalmente para clasificar su esguince de tobillo superior:
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Grado 1: Desgarro del AITFL sin inestabilidad ni ensanchamiento de la sindesmosis.
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Grado 2: Desgarro del AITFL y del ligamento interóseo. Normalmente, esto da como resultado inestabilidad pero no separación de la tibia y el peroné. El ligamento interno (deltoides) del tobillo también suele estar desgarrado.
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Grado 3: Desgarro del AITFL, ligamento interóseo y PITFL. Esta lesión produce inestabilidad, separación de los dos huesos de la parte inferior de la pierna, desgarro del ligamento deltoides y, por lo general, una fractura del peroné (peroné roto).
Terapia física
En el caso de esguinces de tobillo de grado 1 y algunos de grado 2, el tratamiento conservador con fisioterapia suele ser eficaz para reducir los síntomas y restaurar su función. La PT se divide comúnmente en varias categorías específicas, cada una con sus propios tratamientos únicos.
Fase aguda
Después de ser diagnosticado, su médico generalmente lo coloca en una bota durante varias semanas para proteger los ligamentos desgarrados. Durante este tiempo, el fisioterapeuta generalmente se enfoca en ejercicios suaves de movilidad y fortalecimiento diseñados para mantener el tobillo en movimiento sin causar más daño al ligamento.
Varias modalidades diferentes, incluida la estimulación eléctrica (una terapia que implica que los impulsos eléctricos se dirijan hacia los músculos) o la compresión vasoneumática (una prenda inflable se envuelve alrededor de un área del cuerpo y se usa para aplicar presión), también se pueden usar para reducir el dolor. e hinchazón. Esta fase suele durar varias semanas, según la gravedad de su lesión.
Fase subaguda
Durante esta etapa, su terapeuta lo ayudará a quitarse la bota en un zapato y lo ayudará a recuperar un patrón de caminata normal. La rehabilitación durante este tiempo generalmente se enfoca en restaurar cuidadosamente el rango de movimiento de su tobillo (la extensión en que se puede mover), mejorar su equilibrio y aumentar la fuerza en su lesión.
pierna.
Hacia el final de esta fase, a veces se utilizan ejercicios de agilidad más rápidos para ayudar al pie a adaptarse a actividades más exigentes. Esta etapa de rehabilitación normalmente tarda seis semanas o más en progresar.
Fase de regreso a la actividad
La última parte de la fisioterapia se centra en la incorporación gradual de actividades de nivel superior, como correr o saltar. Por lo general, estos movimientos se inician lentamente y progresan según su nivel de comodidad y dolor.
Antes de que su médico le dé la autorización para volver a realizar ejercicios o atletismo más extenuantes, su terapeuta puede someterlo a una serie de pruebas de salto para evaluar cómo su tobillo lesionado maneja las altas cantidades de fuerza asociadas con estas actividades.
Consideraciones quirúrgicas
En el caso de los esguinces de tobillo de grado 3 (y ciertos de grado 2), generalmente se necesita cirugía para restaurar la estabilidad de la sindesmosis y reparar las fracturas acompañantes que ocurran. En este procedimiento, el cirujano coloca un tornillo a través de la tibia y los huesos del peroné para estabilizar la zona alta del tobillo.
Desafortunadamente, este método de corrección generalmente requiere que no soporte peso sobre el lado afectado durante un largo período de tiempo después. Y, en última instancia, será necesaria una segunda cirugía para quitar el tornillo.
Un procedimiento más nuevo llamado botón de sutura, o fijación de la cuerda floja, se ha vuelto más común. En esta técnica, el cirujano coloca un implante flexible en su anca para estabilizar la sindesmosis. Por lo general, le permite comenzar a caminar antes que la cirugía tradicional. Además, la técnica de la cuerda floja no requiere cirugía adicional, lo que la convierte en una alternativa popular para los pacientes.
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Siguiendo cualquiera de los procedimientos, normalmente se requiere un PT para restaurar su nivel de función anterior. Este proceso de rehabilitación es similar a las etapas típicas de fisioterapia, pero la rehabilitación puede llevar un poco más de tiempo. No es inusual que los esguinces de tobillo superiores corregidos quirúrgicamente tarden seis meses o más en sanar por completo.
Un esguince de tobillo alto puede privarle temporalmente de su independencia y hacer que las actividades cotidianas, como caminar, se sientan como una tarea ardua. Afortunadamente, en muchos casos, la fisioterapia puede ayudar a reducir los síntomas asociados con esta lesión y restaurar su función.
Si está lidiando con este tipo de lesión, asegúrese de hablar con su médico sobre si una remisión a PT es apropiada. Ser evaluado adecuadamente es un primer paso importante en su camino hacia la recuperación.