Es natural asumir que “una vez que un matón, siempre un matón”. Pero ponerle la etiqueta de “acosador” a una persona que intimida por el resto de su vida no ayuda a prevenir la intimidación. De hecho, con trabajo duro, algunas personas que intimidan a otras pueden cambiar y de hecho lo hacen. La clave es detectar el acoso temprano e intervenir. Esta intervención temprana implica no solo disciplinar al acosador por sus malas decisiones, sino también equiparlo con las habilidades que necesita para interactuar con los demás de manera positiva. Aquí hay siete habilidades que toda persona que se involucra en el acoso necesita para cambiar para siempre.
Responsabilidad
La intimidación es una elección.No es causado por algo que la víctima dijo o hizo, y las personas que intimidan a otros necesitan aprender a apropiarse de estas decisiones. También deben reconocer que lo que hicieron estuvo mal y cómo hizo sentir a la víctima. Haga hincapié en que nadie les “obligó” a hacerlo. Incluso en situaciones que involucran presión de grupo, intimidación grupal o ciclos de intimidación-víctima, el agresor es responsable de sus decisiones. Si bien hay muchas formas diferentes de hacer que un acosador asuma la responsabilidad, la clave es que puede verbalizar lo que hizo mal y reconocer sinceramente sus acciones.
Empatía
Una de las mejores formas de abordar los comportamientos de intimidación es incorporar el aprendizaje social y emocional en el plan de disciplina. El objetivo es que los niños que acosan aumenten su inteligencia emocional en el proceso. Muchas personas que intimidan a otros se sienten con derecho a comportarse como lo hacen. En consecuencia, enséñeles a mirar la situación desde una perspectiva diferente. Pídales que le hablen sobre cómo se sentirían en una situación similar. El desarrollo de la empatía contribuirá en gran medida a prevenir futuros incidentes de intimidación.
Control de la ira
Muchos adolescentes que intimidan a otros luchan con el manejo de la ira y, a menudo, atacan sin pensar.Como resultado, puede ser beneficioso incorporar consejos para el manejo de la ira en el plan de disciplina. Ayude a la persona involucrada en el acoso a aprender a reconocer los desencadenantes de la ira y a desarrollar soluciones saludables para lidiar con esa ira. Recuérdele que la ira es una emoción normal, pero que puede elegir cómo expresar esa emoción. Es inaceptable optar por expresar su enojo de manera hiriente. Es importante que lo entienda.
Control de los impulsos
A veces, los agresores carecen de control de sus impulsos.Esto es especialmente cierto entre los ciberacosadores que publican cosas malas en línea sin pensar en las consecuencias y cómo podría afectar a los demás. Trabaje con el acosador para encontrar formas de controlar sus impulsos y tomar mejores decisiones y elecciones.
Autoestima
Algunos niños que se involucran en el acoso escolar se dirigen a otros porque carecen de autoestima.Como resultado, atacan a los demás en un intento por sentirse mejor consigo mismos. Esto es especialmente cierto en el caso de las víctimas de intimidación. Se sienten tan abatidos que vuelven su ira y frustración hacia otras personas. Para combatir los problemas de autoestima, trabaje con la persona que acosa para mejorar sus puntos fuertes y mejorar sus debilidades. Determina en qué cosas necesita trabajar, como habilidades sociales, asertividad, perseverancia y resiliencia. Estas habilidades construyen una base para mejorar la autoestima.
Inclusivo
Muchas veces, los niños que intimidan están motivados por un intenso deseo de ser populares.Así que arremeten contra cualquiera que pueda amenazar su objetivo. Aquí es donde se originan el comportamiento mezquino de las niñas y otras formas de agresión relacional. Si la persona que acosa a otros está obsesionada con el estatus y la popularidad, recuérdele los peligros de la popularidad; y trabajar con él para desarrollar amistades a prueba de intimidaciones. Muchas veces, el acoso es el resultado de querer encajar con una camarilla o de sentirse presionado a acosar. Aborde estos problemas ayudando al agresor a desarrollar amistades saludables.
Respeto
Este es quizás uno de los elementos más cruciales de la prevención del acoso escolar. Cuando alguien que acosa a otros comienza a reconocer que todos merecen respeto, es menos probable que se involucre en el acoso. La clave es demostrarle que puede usar su poder de manera positiva, en lugar de hacerlo de manera negativa.Por ejemplo, si la persona que acosa tiende a apuntar a niños que son más débiles que él, puede cambiar eso. Puede comenzar a apoyar y ayudar a los estudiantes más débiles en lugar de intimidarlos. Esta es la mejor forma de mostrar respeto.
Recuerde que al final, el cambio está determinado por la motivación de la persona que se dedica a acosar a otras personas. La intimidación es una elección. Y si alguien que intimida a otros realmente quiere cambiar, debe tomar una decisión diferente. Si bien no puede hacer que alguien cambie, puede enseñarle los comportamientos saludables que necesita para lograr un cambio duradero. La clave es ser constante y reforzar la mentalidad positiva y los comportamientos saludables que necesita para manejar las situaciones de manera diferente.