La menopausia es una etapa importante en la vida de una mujer, caracterizada por una disminución natural de las hormonas reproductivas. Suele ocurrir entre los 45 y 55 años, marcando el final de los ciclos menstruales. Entre los diversos cambios fisiológicos asociados con la menopausia, un síntoma notable es el dolor en músculos y articulaciones. Este artículo explicará más sobre el mecanismo que causa dolor en los músculos y las articulaciones durante el período de la menopausia y la guiará para aliviar esta afección.
![Dolor en músculos y articulaciones durante la menopausia. Dolor en músculos y articulaciones durante la menopausia.](https://welzo.com/cdn/shop/articles/how-to-treat-menopause-back-pain-welzo_df000ad0-3a79-48b0-8a95-f1f37dd17c3e.jpg?v=1710941746)
Causa del dolor en músculos y articulaciones en el período de menopausia.
La disminución de los niveles de estrógeno es la causa principal de dolor muscular y articular durante la menopausia. El estrógeno es fundamental para mantener la salud de las articulaciones al reducir la inflamación, lubricar las articulaciones y favorecer la producción de colágeno, un componente crucial de los tejidos conectivos. Los niveles reducidos de estrógeno provocan estos problemas:
- Inflamación: la disminución de estrógeno puede contribuir a mayores niveles de citoquinas proinflamatorias como IL-6 y TNF-alfa. Esta respuesta inflamatoria intensificada puede provocar dolor y rigidez en las articulaciones.
- Degradación del cartílago: la degradación del colágeno en las articulaciones puede acelerarse, provocando un mayor desgaste del cartílago. Este proceso hace que las articulaciones sean más susceptibles a afecciones como la osteoartritis, caracterizada por dolor crónico y movilidad limitada.
- Disminución de la densidad ósea: la menopausia también puede provocar una disminución de la densidad ósea, aumentando el riesgo de osteoporosis. Este proceso debilita los huesos, lo que hace que las articulaciones sean más propensas a sufrir dolor y daños.
- Debilidad muscular: el estrógeno favorece el mantenimiento de la masa muscular. La disminución de estrógeno durante el período de la menopausia puede contribuir a la pérdida de masa muscular, haciendo que los músculos sean más propensos a sufrir tensiones y dolores.
Las pacientes que experimentan dolores articulares y musculares durante la menopausia con frecuencia informan frustración por el impacto en su vida diaria. Algunas mujeres describieron el dolor como “una sensación de dolor constante” que limitaba la capacidad de realizar tareas simples, como subir escaleras o trabajar en el jardín.
¿Ese dolor se debe a la menopausia?
Para confirmar si el dolor muscular y articular se debe a la menopausia u otras afecciones médicas, los profesionales de la salud suelen emplear un enfoque múltiple:
- Revisión del historial médico: los médicos considerarán la edad, los síntomas y el historial médico del paciente. Los médicos pueden preguntar sobre la aparición y duración de los síntomas y si estos síntomas coinciden con otros síntomas de la menopausia, como sofocos o cambios de humor.
- Examen físico: un examen físico puede revelar hinchazón de las articulaciones, dolor en las articulaciones o rango de movimiento reducido, lo que indica afecciones inflamatorias o degenerativas de las articulaciones.
- Análisis de sangre: se pueden realizar análisis de sangre para evaluar marcadores inflamatorios como la proteína C reactiva (PCR) y la velocidad de sedimentación globular (ESR) para determinar si hay inflamación. También se pueden evaluar los niveles hormonales, incluido el estrógeno.
- Pruebas de imagen: se pueden utilizar rayos X o resonancias magnéticas para evaluar la integridad de las articulaciones, detectar pérdida de cartílago o espolones óseos y diagnosticar enfermedades degenerativas de las articulaciones.
- Referencia a un especialista: si es necesario, los pacientes pueden ser derivados a un reumatólogo u ortopedista para una evaluación especializada y planificación del tratamiento.
Tratamiento del dolor en músculos y articulaciones durante la menopausia.
Existen algunas opciones de tratamiento para controlar el dolor muscular y articular asociado con la menopausia:
- Terapia de reemplazo hormonal (TRH): la TRH puede restaurar los niveles de estrógeno, aliviando la inflamación y retardando la degradación del cartílago. Los estudios demuestran que la TRH puede reducir el riesgo de osteoartritis y reducir el dolor en las articulaciones. Sin embargo, se deben considerar los riesgos asociados con la TRH, como una mayor probabilidad de cáncer de mama o coágulos de sangre.
- Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE): los AINE como el ibuprofeno pueden aliviar el dolor y reducir la inflamación. Estos medicamentos son adecuados para el tratamiento a corto plazo, aunque se debe considerar con cautela su uso a largo plazo debido a los posibles efectos secundarios gastrointestinales y renales.
- Fisioterapia: un fisioterapeuta puede guiar a los pacientes en ejercicios para fortalecer los músculos y mejorar la estabilidad de las articulaciones. Los ejercicios de estiramiento, el yoga y el tai-chi también pueden mejorar la flexibilidad y reducir el dolor.
- Dieta y suplementos dietéticos: Mantener una dieta equilibrada rica en calcio y vitamina D puede favorecer la salud ósea. Los suplementos dietéticos como la glucosamina y la condroitina ayudan a aliviar el dolor articular, aunque su eficacia sigue siendo debatida.
- Modificaciones en el estilo de vida: el control del peso puede reducir la tensión en las articulaciones, especialmente en las rodillas y las caderas. El ejercicio regular, incluidas actividades de bajo impacto como nadar o andar en bicicleta, puede mejorar la fuerza muscular y la estabilidad de las articulaciones.
- Terapias alternativas: la acupuntura y los remedios a base de hierbas, como el cohosh negro y el aceite de onagra, se han explorado como posibles tratamientos para los síntomas de la menopausia, incluido el dolor en las articulaciones.
En conclusión, el dolor muscular y articular durante la menopausia es un problema común que se debe principalmente a cambios hormonales. Una combinación de intervenciones médicas, modificaciones del estilo de vida y educación del paciente es crucial para controlar y aliviar eficazmente este malestar.