Causas y tratamiento de la hinchazón anormal de las articulaciones
Articulación efusión es una afección en la que se acumula exceso de líquido dentro o alrededor de una articulación, generalmente la rodilla. Se le conoce comúnmente como agua en la rodilla o líquido en la rodilla.
La afección suele ser causada por una infección, una lesión o una artritis. Además de la hinchazón, el exceso de líquido también puede provocar dolor y rigidez.
El derrame tiende a afectar las articulaciones más grandes, como la rodilla, el hombro, el codo o el tobillo. No es lo mismo que el edema, un tipo diferente de hinchazón causado por inflamación, alergia, insuficiencia cardíaca y otras afecciones.
Siga leyendo para obtener más información sobre el derrame articular, sus causas y síntomas, y los tratamientos disponibles.
Síntomas de derrame articular
Independientemente de la causa del líquido en la articulación, los síntomas son similares, aunque su gravedad puede variar. Los síntomas clásicos de derrame articular incluyen:
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Hinchazón: que va desde una hinchazón leve hasta una hinchazón grave
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Dolor: que va desde un latido sordo hasta un dolor agudo que interfiere con el movimiento
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Rigidez: limitar el rango de movimiento de una articulación o restringir el movimiento por completo
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Enrojecimiento y calor: asociado con inflamación.
Dependiendo de la causa de su derrame articular, podría tener otros síntomas como:
- Moretones y sangrado en el espacio articular (causado por una lesión)
- Fiebre, escalofríos, malestar y debilidad (si hay infección)
- Pérdida progresiva de músculo (por artritis prolongada, también llamada inhibición del músculo artrogénico)
Una complicación común de un derrame articular es la formación de un nódulo lleno de líquido, conocido como quiste de Baker, en el espacio articular. Se produce cuando la cantidad de líquido articular es tan excesiva que el cuerpo no puede reabsorberla. Si bien un quiste de Baker más pequeño puede no causar síntomas, los más grandes a veces pueden sentirse y causar dolor con el movimiento.
Causas
El derrame es un signo de inflamación articular y puede clasificarse en términos generales como infeccioso (séptico) o no infeccioso (aséptico). El derrame articular causado por una infección se denomina “artritis séptica”. El derrame articular aséptico puede ser el resultado de una lesión o artritis.
Infección
La artritis séptica es causada más comúnmente por una infección en la articulación. La infección puede provenir de una herida, como una lesión profunda o un procedimiento médico. Una infección en el torrente sanguíneo, también llamada infección sistémica, puede afianzarse en una articulación y causar hinchazón y exceso de líquido.
Cuando son causados por una infección, los síntomas suelen ser intensos y aparecen rápidamente. El derrame suele ser extremadamente doloroso, especialmente con el movimiento.
Ciertas afecciones pueden aumentar su riesgo de desarrollar artritis séptica, que incluyen:
- Edad avanzada
- Diabetes
- Uso de drogas intravenosas (IV)
- Reemplazo de la articulación
- Cirugía articular reciente
- Artritis
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Un sistema inmunológico debilitado (como los que viven con una etapa avanzada del VIH, los receptores de trasplantes de órganos o los pacientes que se someten a quimioterapia)
Las causas fúngicas, virales y parasitarias se asocian más comúnmente con un sistema inmunológico debilitado o suprimido.
Lesión
Una lesión deportiva es una causa común de derrame articular, especialmente de la rodilla. Las lesiones, como las de un accidente automovilístico, una caída grave o un impacto contundente, también pueden provocar un derrame. La lesión puede afectar huesos, tejidos conectivos (como tendones y ligamentos) o cartílago articular (como el menisco).
El estrés repetido en una articulación también puede causar derrame. Este tipo de lesión ocurre después de repetir un movimiento una y otra vez, y suele estar relacionada con una ocupación o una actividad deportiva.
En personas con derrame articular debido a lesiones por esfuerzos repetitivos, bursitis (la inflamación del saco lleno de líquido que amortigua una articulación) y tenosinovitis (inflamación de la vaina del tendón donde un músculo se une a un hueso) también son comunes.
El dolor, la hinchazón, la rigidez y la dificultad para extender o rotar la articulación son síntomas comunes del derrame relacionado con una lesión.
Artritis
En pacientes con artritis, la acumulación de líquido y la inflamación de las articulaciones son comunes. La artritis puede ser continua (crónica) o causar episodios repentinos (agudos) de inflamación, que pueden provocar edema.
En términos generales, existen dos tipos de artritis:
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Osteoartritis, también conocida como artritis por “desgaste”
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Artritis autoinmune, como artritis reumatoide, gota, artritis idiopática juvenil y artritis psoriásica, en las que el sistema inmunológico ataca directa o indirectamente los tejidos articulares.
Con la osteoartritis, el derrame articular afecta principalmente a la rodilla y se asocia más comúnmente con daño articular extenso. Con la artritis autoinmune, el derrame articular puede estar asociado con inflamación crónica o brotes agudos (conocidos como ataques o exacerbaciones).
Los ataques son especialmente comunes con la gota, un trastorno autoinmune caracterizado por la acumulación de cristales de ácido úrico en el espacio articular (principalmente el dedo gordo del pie). Los síntomas de la gota pueden ser graves y aparecer rápidamente, y pueden resultar en un exceso de líquido alrededor de la articulación.
Resumen
El derrame articular puede ser causado por artritis, lesiones o incluso una infección. Los síntomas son similares sin importar cuál sea la causa.
Diagnóstico
El diagnóstico de un derrame articular puede implicar un examen físico, pruebas por imágenes y una evaluación de laboratorio del líquido en la articulación. Además, el proveedor de atención médica también revisará su historial médico, su estado de salud actual y otros síntomas.
Examen físico
Su proveedor de atención médica examinará su articulación a fondo. Tocarán (palparán) y doblarán (manipularán) la articulación, lo que puede revelar mucho sobre la causa del derrame. Por ejemplo:
- Con la artritis, el tejido lubricante entre las articulaciones, llamado sinovio, se sentirá “empantanado” o “blando”. Con la excepción de la gota, la hinchazón de la mayoría de los tipos de artritis será gradual en lugar de rápida.
- Las infecciones articulares tienden a desarrollarse rápidamente y causan dolor y enrojecimiento excesivos.
- La hinchazón aguda acompañada de la incapacidad de soportar peso puede sugerir un ligamento desgarrado o una fractura de la rodilla.
El proveedor de atención médica también determinará si se ha desarrollado un quiste de Baker.
Pruebas de imagen
Después de examinar su rodilla, el médico puede ordenar pruebas por imágenes para determinar la causa exacta del derrame. Cada prueba tiene sus ventajas y limitaciones. Las pruebas pueden incluir:
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La ecografía utiliza ondas sonoras para visualizar los tejidos óseos y conectivos. Puede usarse para confirmar la artritis o la inflamación de tendones o ligamentos. Sin embargo, es menos capaz de visualizar los tejidos blandos que otras formas de imagen.
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Las radiografías y la tomografía computarizada (TC), que utilizan radiación ionizante, son las más adecuadas para diagnosticar fracturas óseas y artritis.
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La resonancia magnética (IRM) utiliza campos magnéticos y ondas de radio. La resonancia magnética se usa para visualizar tejidos blandos, cartílagos y estructuras articulares que las otras pruebas no pueden. A veces implica el uso de un medio de contraste intravenoso para ayudar a ver mejor ciertos tejidos.
Análisis de líquido articular
Es posible que su proveedor de atención médica desee drenar (aspirar) líquido de la articulación inflamada. Esto ayudará a reducir la presión y aliviará un poco el dolor.
El líquido, conocido como líquido sinovial, se extrae durante un procedimiento llamado artrocentesis. Su proveedor de atención médica examinará el líquido y también puede optar por enviar una muestra a un laboratorio para su análisis.
El líquido sinovial generalmente será transparente y tendrá la viscosidad de una clara de huevo. Cualquier cambio en su apariencia, textura y composición celular puede proporcionar pistas sobre la causa subyacente del derrame articular.
El líquido sinovial puede proporcionar información valiosa que incluye:
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El líquido turbio puede sugerir artritis reumatoide debido a un aumento de glóbulos blancos (generalmente más de 10,000 por milímetro cúbico).
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El líquido amarillo verdoso puede sugerir una infección, especialmente si el recuento de glóbulos blancos (WBC) es superior a 20.000 por milímetro cúbico. También se pueden observar rastros de pus.
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El líquido dorado se asocia comúnmente con la gota. El examen microscópico también puede revelar cristales de ácido úrico en forma de aguja.
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El líquido sanguinolento o rosado puede indicar sangre, un signo clásico de una lesión articular.
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El líquido transparente se ve típicamente con la osteoartritis, ya que no implica ninguna inflamación. El WBC generalmente estará por debajo de 2000.
Si se sospecha una infección, el laboratorio también puede realizar un cultivo para crecer e identificar las bacterias u hongos responsables.
El diagnóstico de derrame articular a menudo implica tanto un examen físico como pruebas por imágenes, como ecografías, radiografías e incluso resonancias magnéticas. Su proveedor de atención médica puede drenar líquido de su rodilla para examinarlo y enviarlo al laboratorio para su análisis.
Tratamiento
El tratamiento estándar de primera línea para el líquido en una articulación incluye reposo, aplicación de hielo, inmovilización y un medicamento antiinflamatorio no esteroideo (AINE) como Advil (ibuprofeno) o Aleve (naproxeno).
Si su hinchazón es especialmente grave, su proveedor de atención médica puede drenar líquido como parte de su tratamiento. Es posible que le administren una inyección de cortisona después del procedimiento. Esto puede reducir rápidamente el dolor y la inflamación, especialmente si hay una lesión grave o daño articular a causa de la artritis.
Las infecciones generalmente se pueden tratar con un ciclo de 14 días de un antibiótico oral de amplio espectro como la ciprofloxacina. Otros tipos más graves, como los causados por la gonorrea sistémica o el Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (MRSA), pueden requerir entre dos y cuatro semanas de tratamiento con antibióticos por vía intravenosa.
Si usted tiene reumatoide artritis u otra forma de artritis autoinmune, se pueden tomar medidas para controlar su afección. Esto puede implicar el uso de fármacos inmunosupresores, como metotrexato y Humira (adalimumab), destinados a reducir la respuesta inmunitaria anormal.
La artroplastia (cirugía de articulaciones) se reserva para lesiones articulares graves o para reparar articulaciones inmovilizadas por artritis. Los casos severos pueden requerir reemplazo articular.
Prevención
Si bien no siempre se puede evitar el derrame articular, hay cosas que puede hacer para reducir significativamente su riesgo:
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Perder peso. Esto puede reducir la tensión en las caderas y las extremidades inferiores.
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Inicie un plan de ejercicios de bajo impacto. Si tiene dolor en la rodilla, la cadera o el tobillo, evite las actividades de alto impacto como el levantamiento de pesas pesado o las sentadillas profundas.
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Utilice el entrenamiento de resistencia para fortalecer los músculos dentro y alrededor de la articulación. Esto puede incluir el uso de una máquina de extensión de piernas para las rodillas o entrenamiento con bandas de resistencia para el hombro y el manguito rotador.
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Tramo. Realice estiramientos suaves de rodillas y hombros antes del ejercicio o durante el día si está sentado en un escritorio durante un período prolongado.
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Apoye sus articulaciones. Use un soporte elástico para las rodillas o una rodillera durante los deportes de contacto, caminatas u otras actividades.
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No se exceda. Nunca exceda sus capacidades físicas, especialmente a medida que envejece. Esto puede implicar cambiar los tipos de deportes que practica (como pasar de correr a andar en bicicleta) o incluso usar un taburete para los artículos difíciles de alcanzar.
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Escuche a su cuerpo. Si experimenta algún dolor articular repentino o persistente, consulte con un proveedor de atención médica lo antes posible.
Resumen
El exceso de líquido alrededor de una articulación, llamado derrame, afecta las articulaciones más grandes, como la rodilla. Un derrame articular puede ocurrir como resultado de una lesión, infección o diferentes tipos de artritis.
En muchos casos, se puede drenar el líquido y tomar medidas para abordar la causa (como antibióticos para una infección). Independientemente de la causa del derrame articular, existen pasos que puede tomar para evitar episodios futuros y mejorar la salud de sus articulaciones.
El dolor articular puede ser frustrante, especialmente cuando limita su actividad habitual. Si experimenta acumulación de líquido en una articulación (como la rodilla, el hombro, el codo o el tobillo), hable con su proveedor de atención médica de inmediato para determinar la causa. Posponer el tratamiento puede provocar daños a largo plazo en las articulaciones y los tejidos.