La tuberculosis es una infección bacteriana transmitida por el aire causada por el organismo Mycobacterium tuberculosis. Esta enfermedad afecta principalmente a los pulmones, aunque pueden estar afectados otros órganos y tejidos.
¿Cómo se diagnostica la tuberculosis?
Su médico comenzará recopilando un historial del paciente para determinar si puede haber estado expuesto. Durante el examen físico, su médico revisará sus ganglios linfáticos en busca de inflamación y usará un estetoscopio para escuchar con atención los sonidos que hacen sus pulmones mientras respira.
La herramienta de diagnóstico más utilizada para la tuberculosis es una simple prueba cutánea, aunque los análisis de sangre son cada vez más comunes. Se inyecta una pequeña cantidad de una sustancia llamada tuberculina PPD justo debajo de la piel de la parte interna del antebrazo. Debería sentir solo un ligero pinchazo de aguja.
Dentro de las 48 a 72 horas, un profesional de la salud revisará su brazo en busca de inflamación en el lugar de la inyección. Una protuberancia roja dura y elevada significa que es probable que tenga una infección de tuberculosis. El tamaño de la protuberancia determina si los resultados de la prueba son significativos.
Los resultados pueden ser incorrectos
La prueba cutánea de la tuberculosis no es perfecta. A veces, sugiere que las personas tienen tuberculosis cuando en realidad no la tienen. También puede indicar que las personas no tienen tuberculosis cuando realmente la tienen.
Puede suceder una prueba de falso positivo si ha sido vacunado recientemente con la vacuna del bacilo de Calmette-Guerin (BCG).
Los resultados falsos negativos pueden ocurrir en ciertos grupos, incluidos los niños, las personas mayores y las personas con SIDA, que a veces no responden a la prueba cutánea de tuberculosis. Un resultado falso negativo también puede ocurrir en personas que se han infectado recientemente con tuberculosis, pero cuyos sistemas inmunológicos aún no han reaccionado a la bacteria.
Análisis de sangre
Se pueden usar análisis de sangre para confirmar o descartar tuberculosis latente o activa. Estas pruebas utilizan tecnología sofisticada para medir la reacción de su sistema inmunológico a la bacteria de la tuberculosis.
Estas pruebas solo requieren una visita al consultorio. Un análisis de sangre puede ser útil si tiene un alto riesgo de infección por tuberculosis pero tiene una respuesta negativa a la prueba cutánea o si ha recibido recientemente la vacuna BCG.
Pruebas de imagen
Si ha tenido una prueba cutánea positiva, es probable que su médico ordene una radiografía de tórax o una tomografía computarizada. Esta prueba puede mostrar manchas blancas en sus pulmones donde su sistema inmunológico ha bloqueado la bacteria de la tuberculosis, o puede revelar cambios en sus pulmones causados por tuberculosis activa. Las tomografías computarizadas proporcionan imágenes más detalladas que las radiografías.
Pruebas de esputo
Si su radiografía de tórax muestra signos de tuberculosis, su médico puede tomar muestras de su esputo, el moco que sale cuando tose. Las muestras se analizan para detectar bacterias de la tuberculosis.
Las muestras de esputo también se pueden utilizar para analizar cepas de tuberculosis resistentes a los medicamentos. Esto ayuda a su médico a elegir los medicamentos que tienen más probabilidades de funcionar. Estas pruebas pueden tardar de cuatro a ocho semanas en completarse.
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