El dolor crónico en músculos y articulaciones es una condición médica común que afecta a millones de personas en todo el mundo. La incomodidad, que puede variar de leve a severa, a menudo tiene un impacto significativo en la calidad de vida de una persona. En este artículo, discutiremos las posibles causas del dolor crónico y cómo se diagnostican y tratan.
Causas del dolor crónico en músculos y articulaciones
1. Osteoartritis
La osteoartritis es una enfermedad degenerativa de las articulaciones y una de las principales causas de dolor crónico. La osteoartritis ocurre cuando el cartílago protector que amortigua los extremos de los huesos se desgasta con el tiempo, lo que provoca inflamación y dolor.
A medida que el cartílago se deteriora, los huesos comienzan a rozarse entre sí, lo que provoca dolor e inflamación. El cuerpo también puede producir osteofitos o espolones óseos, que pueden exacerbar aún más las molestias.
Diagnóstico: la osteoartritis se diagnostica mediante una combinación de examen físico, historial del paciente y estudios de imágenes, como radiografías o resonancias magnéticas.
Tratamiento: El manejo de la osteoartritis se enfoca en aliviar el dolor, mejorar la función articular y retrasar la progresión de la enfermedad. Las opciones incluyen fisioterapia, pérdida de peso, medicamentos y cirugía de reemplazo de articulaciones en casos graves. Los analgésicos de venta libre como el paracetamol (Tylenol) y los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos como el ibuprofeno (Advil, Motrin) pueden ayudar a controlar el dolor. Las contraindicaciones para los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos incluyen hemorragia gastrointestinal, enfermedad renal y problemas cardíacos.
2. Artritis reumatoide
La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune que afecta las articulaciones y causa dolor e inflamación crónicos.
La artritis reumatoide ocurre cuando el sistema inmunitario ataca por error la sinovial, la membrana que recubre las articulaciones. Este ataque provoca inflamación, daño articular y dolor.
Diagnóstico: se utilizan análisis de sangre para anticuerpos específicos, estudios de imágenes y un examen físico para diagnosticar la artritis reumatoide.
Tratamiento: el tratamiento de la artritis reumatoide tiene como objetivo reducir la inflamación, aliviar el dolor y retrasar la progresión de la enfermedad. Los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad, como el metotrexato, la hidroxicloroquina y la sulfasalazina, ayudan a controlar la respuesta inmunitaria. También se pueden usar agentes biológicos, como los inhibidores del factor de necrosis tumoral y los antagonistas del receptor de la interleucina-6 (IL-6). Se pueden prescribir corticosteroides para el alivio a corto plazo. Las contraindicaciones para los fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad incluyen enfermedad hepática, disfunción renal y embarazo.
3. Fibromialgia
La fibromialgia es un trastorno de dolor crónico caracterizado por dolor musculoesquelético generalizado, fatiga y puntos sensibles.
Se desconoce la causa exacta de la fibromialgia, pero se cree que involucra una combinación de factores genéticos, ambientales y psicológicos. Las señales de dolor pueden procesarse de manera anormal, lo que lleva a una mayor sensibilidad al dolor.
Diagnóstico: No existe una prueba específica para la fibromialgia. El diagnóstico se basa en el historial del paciente, el examen físico y descartando otras posibles causas de dolor.
Tratamiento: El tratamiento de la fibromialgia se enfoca en controlar el dolor y mejorar la calidad de vida. Los medicamentos, como la pregabalina (Lyrica) y la duloxetina (Cymbalta), ayudan a aliviar el dolor y mejoran el sueño. La fisioterapia, el ejercicio y la terapia cognitivo-conductual también pueden ser beneficiosas.
4. Tendinitis
La tendinitis es la inflamación o irritación de un tendón, que causa dolor y sensibilidad cerca de una articulación.
La tendinitis generalmente es el resultado de movimientos repetitivos, uso excesivo o lesiones repentinas, que pueden causar desgarros microscópicos en el tendón y la inflamación posterior.
Diagnóstico: se utiliza un examen físico y el historial del paciente para diagnosticar la tendinitis. Los estudios de imágenes, como la ecografía o la resonancia magnética, se pueden utilizar para confirmar el diagnóstico y evaluar la gravedad de la afección.
Tratamiento: El tratamiento de la tendinitis tiene como objetivo aliviar el dolor y reducir la inflamación. El descanso, el hielo, la compresión y la elevación pueden ayudar a controlar los síntomas. Los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno y el naproxeno (Aleve), se pueden usar para aliviar el dolor y la inflamación. En casos más severos, se pueden recomendar inyecciones de corticosteroides o fisioterapia. Las contraindicaciones para los corticosteroides incluyen infección en el lugar de la inyección, alergias al medicamento y ciertas condiciones médicas preexistentes.
5. Bursitis
La bursitis es la inflamación de la bursa, un saco lleno de líquido que amortigua y reduce la fricción entre los tejidos, como huesos, músculos y tendones.
La bursitis puede ser el resultado de una lesión, uso excesivo o presión crónica en una articulación. La inflamación de la bursa causa dolor y un rango de movimiento limitado.
Diagnóstico: la bursitis se diagnostica a través de un examen físico, el historial del paciente y estudios de imágenes, como radiografías o ultrasonido.
Tratamiento: El tratamiento de la bursitis se enfoca en reducir la inflamación y el dolor. El reposo, el hielo, la compresión y la elevación, los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos y las inyecciones de corticosteroides se pueden usar para controlar los síntomas. Se puede recomendar fisioterapia y ejercicios para fortalecer los músculos y mejorar la función articular. Las contraindicaciones para las inyecciones de corticosteroides son similares a las de la tendinitis.
El dolor crónico en los músculos y las articulaciones puede tener varias causas, como la osteoartritis, la artritis reumatoide, la fibromialgia, la tendinitis y la bursitis. El diagnóstico preciso es crucial para determinar las opciones de tratamiento más efectivas. Las terapias pueden incluir medicamentos, fisioterapia y cambios en el estilo de vida. Debe consultar con un profesional de la salud para obtener orientación personalizada sobre el manejo del dolor crónico y la mejora de la calidad de vida en general.