La prueba de audición para recién nacidos es una prueba no invasiva que detecta posibles problemas de audición en bebés recién nacidos. La prueba se puede utilizar para bebés prematuros y para bebés a término.
Cómo se realiza la prueba de audición para recién nacidos
Casi todos los estados exigen que los hospitales y centros de maternidad proporcionen exámenes de audición a todos los bebés recién nacidos. Hay dos tipos de pruebas de audición que se usan comúnmente para bebés:
-
Emisiones otacústicas (OAE): durante una prueba de OAE, se coloca un pequeño auricular en el oído del bebé. Se emite un sonido y se mide la otoemisión acústica que produce el oído (como un eco).
-
Respuesta auditiva del tronco encefálico (ABR): durante una prueba ABR, se colocan auriculares sobre las orejas del bebé y se colocan electrodos en la cabeza del bebé. Los sonidos se reproducen en los auriculares y los electrodos miden la respuesta del cerebro.
En este punto, tanto la prueba OAE como la ABR se consideran pruebas confiables para detectar la pérdida de audición en bebés sanos.
Se recomienda la prueba ABR en lugar de la prueba OAE en bebés prematuros y bebés que pasaron más de 5 días en la UCIN, ya que puede detectar ciertos tipos de pérdida auditiva que no se detectan únicamente con la prueba OAE.
Los bebés prematuros y los pacientes de la UCIN en riesgo de pérdida auditiva
Los bebés prematuros y los bebés a término que requieren atención en la UCIN tienen un mayor riesgo de pérdida auditiva que los bebés sanos por varias razones, por lo que es fundamental que se realicen una prueba de audición antes del alta hospitalaria:
-
Prematuridad: el nacimiento prematuro (nacimiento antes de las 37 semanas de gestación) es un factor de riesgo de pérdida auditiva.
-
Bajo peso al nacer: los bebés que nacen con un peso inferior a 5 libras y 8 onzas (2500 g) se consideran bebés de bajo peso al nacer y tienen un mayor riesgo de pérdida auditiva.
-
Medicamentos: algunos medicamentos que se usan en la UCIN pueden dañar el oído, en particular, los antibióticos como la gentamicina. Estos medicamentos pueden usarse en bebés prematuros o en pacientes de la UCIN nacidos a término.
-
Ictericia: la ictericia grave aumenta el riesgo de pérdida auditiva del bebé. Los bebés prematuros tienen ictericia severa con más frecuencia que los bebés nacidos a término.
-
Infección: los bebés tienen un mayor riesgo de pérdida auditiva si sus madres tuvieron una infección en el útero o en el saco amniótico antes del parto. Los bebés a los que se les ha diagnosticado meningitis u otros tipos de infección también tienen un mayor riesgo de pérdida auditiva.
Por qué se administra la prueba a los recién nacidos
Aunque parezca que los bebés recién nacidos no son buenos oyentes, es muy importante que la pérdida auditiva se detecte temprano. Históricamente, los niños con pérdida auditiva severa tenían dificultades del lenguaje que afectaban lo bien que leían, hablaban e interactuaban con otros niños. Tenían retrasos en el desarrollo y problemas emocionales.
Cuando la pérdida de audición se detecta a los 3 meses de edad y el tratamiento comienza antes de los 6 meses de edad, los niños con pérdida de audición obtienen mejores resultados.
Alcanzan más hitos del desarrollo a tiempo, les va mejor en la escuela, tienen menos problemas emocionales y aprenden a comunicarse de manera más eficaz.
¿Qué sucede si mi bebé no pasa la prueba de audición?
Es importante que los padres recuerden que la prueba de audición del recién nacido es solo una prueba de detección. Un bebé que “falla” la prueba no recibe un diagnóstico automático de pérdida auditiva.
En cambio, un bebé que no responde como se esperaba a la prueba de audición debe ser derivado a un audiólogo u otorrinolaringólogo (médico de oído, nariz y garganta) para realizar más pruebas. Es por eso que los médicos y enfermeras no dicen que un bebé “no pasó” la prueba de audición; dicen que “refirió” en uno o ambos oídos.
Si su bebé es referido, hable con su pediatra lo antes posible sobre la programación de una cita para las pruebas de seguimiento. Un audiólogo u otorrinolaringólogo puede proporcionar pruebas de audición más sofisticadas para ayudarlo a determinar exactamente dónde tiene problemas su bebé y puede ayudarlo a obtener el tratamiento que su bebé necesita.