Después de haber estado expuesto al virus de Epstein-Barr (VEB), permanecerá en su cuerpo durante toda la vida. Si bien no suele causar enfermedad, este virus se ha relacionado con el desarrollo de esclerosis múltiple (EM) en personas genéticamente susceptibles. La infección por EBV es extremadamente común. De hecho, aproximadamente el 90% de la población mundial está infectada. Esto se debe a que el virus se transmite fácilmente, principalmente a través de la saliva.
Los síntomas se parecen a los de otros virus comunes y la mayoría de las personas ni siquiera se dan cuenta de que están infectadas. Actualmente no existe ningún tratamiento para erradicar el VEB de su cuerpo. Tampoco hay una vacuna disponible actualmente para prevenir la infección por EBV.
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Fondo
Con base en la evidencia de que el VEB puede contribuir al desarrollo de la EM, los investigadores están trabajando para encontrar un tratamiento que se dirija al virus. Todavía no está claro si el tratamiento del VEB podría ralentizar el curso de la enfermedad de EM de una persona o quizás incluso prevenir el desarrollo de la EM en primer lugar.
Si bien estos objetivos solo están surgiendo, un estudio muy pequeño mostró cierta promesa. Este estudio australiano examinó la seguridad y los efectos de la inmunoterapia dirigida contra el VEB, una terapia que utiliza el propio sistema inmunológico de una persona para combatir la enfermedad.
Inmunoterapia dirigida al VEB
En el estudio australiano publicado en The Journal of Clinical Investigation, 10 pacientes (cinco con EM secundaria progresiva y cinco con EM primaria progresiva) recibieron una terapia adoptiva de células T. Este es un tipo de inmunoterapia en la que las células T específicas del VEB de los participantes se extraen del torrente sanguíneo, se vuelven a cultivar en un laboratorio y luego se vuelven a infundir en la sangre.
Mientras volvían a crecer, las células T se estimularon para que se dirigieran al virus EBV con el objetivo de hacerlas más capaces de atacar y controlar el virus dentro del cuerpo.
Resultados
Los resultados revelaron que entre los 10 participantes que recibieron la terapia dirigida contra el VEB, siete mostraron mejoras en varios síntomas de la EM, como:
- Fatiga
- Equilibrio
-
Habilidades cognitivas (como habilidades para encontrar palabras, concentración y claridad mental)
- Ánimo
- Destreza manual (mejora en la escritura a mano)
- Orinar de noche
- Espasticidad de piernas
- Dormir
- Agudeza visual
- Calidad de vida general
La reducción de la fatiga fue una de las mejorías clínicas notificadas con más frecuencia. Esto es importante porque la fatiga es uno de los síntomas más prominentes e incapacitantes tanto de la EM como de la mononucleosis infecciosa aguda, también llamada mono, una enfermedad causada por la infección por VEB.
Además de las mejoras en los síntomas de la EM, tres de los participantes experimentaron una reducción en su puntuación en la Escala de estado de discapacidad expandida (EDSS).
Algunos participantes no mostraron ninguna mejoría en los síntomas de la EM y permanecieron estables. Un participante experimentó una mejoría inicial de los síntomas de la EM, pero luego se deterioró con un aumento en su puntuación EDSS al final del estudio.
Seguridad
En general, la terapia con células T utilizada en este estudio fue bien tolerada y segura y no se informaron eventos adversos graves. De hecho, el único evento adverso relacionado con el tratamiento informado en el estudio fue la disgeusia transitoria (alteración del gusto) que se presentó en un participante.
Revisión del estudio
Es importante señalar que este estudio es un ensayo de fase 1, que es el primer paso de un largo proceso para examinar una nueva terapia. En otras palabras, el propósito de este estudio (y cualquier ensayo de fase uno) es probar las aguas en términos de seguridad y efectos secundarios.
Este estudio solo incluyó a un número muy pequeño de participantes. Además, con los ensayos de fase uno, no hay un grupo de control. Esto significa que es difícil determinar si alguna mejora clínica observada en un estudio fue simplemente por casualidad o por recibir la terapia con células T.
Además, como señalaron los autores del estudio, la inmunoterapia no está exenta de riesgos.
Es posible que la transferencia de células T específicas de VEB a la sangre de personas con EM pueda ser contraproducente y, de hecho, empeorar la EM al desencadenar inflamación dentro del sistema nervioso central, como ha sucedido con otras terapias experimentales.
Una posible explicación del empeoramiento de los síntomas es que las células T pueden confundir antígenos distintos del VEB con antígenos del VEB dentro del cerebro y la médula espinal, un fenómeno llamado reactividad cruzada. Hasta ahora, los resultados de los primeros estudios han sido inciertos.
Por último, no están claros los posibles beneficios a largo plazo de esta inmunoterapia única. Un seguimiento tres años después mostró un beneficio sostenido. Sin embargo, es posible que a medida que disminuya la capacidad de las células T para atacar el VEB dentro del cuerpo, la EM de una persona pueda empeorar.
Se necesitan ensayos más grandes y controlados para ver si la terapia con células T específicas para el VEB es realmente una terapia eficaz para la EM. Independientemente, este estudio es un buen primer paso y sirve como motivador para que las personas con EM se mantengan resilientes y esperanzadas en sus propios viajes por la EM.