Maneras de ayudar a su hijo a relajarse y prepararse para una buena noche de sueño
Cuando se trata de niños y sueño, una buena rutina a la hora de dormir es la clave del éxito. Y cuanto más joven sea su hijo cuando comience, mejor. Un estudio de mayo de 2015 publicado en la revista Sleep descubrió que tener rutinas constantes a la hora de acostarse y comenzar esas rutinas a una edad temprana aumenta las probabilidades de que su hijo se vaya a la cama y permanezca dormido. El estudio multinacional encuestó a más de 10,000 madres y encontró que un horario de sueño regular y rutinas nocturnas estaban vinculados con horas de acostarse más temprano, conciliar el sueño con mayor facilidad y reducir los despertares nocturnos.
Es especialmente importante que los niños en edad escolar duerman lo suficiente cada noche porque no dormir lo suficiente no solo puede afectar su capacidad de aprender y concentrarse en la escuela, sino que también puede afectar su estado de ánimo y comportamiento. Irónicamente, a medida que los niños comienzan a llegar a la edad escolar, es más probable que se sientan tentados por todo tipo de distracciones que pueden interferir tanto con irse a la cama a tiempo como con quedarse dormidos. El encanto de cosas como los mensajes de texto de amigos, la computadora y los videojuegos y, por supuesto, la televisión, pueden hacer que los niños luchen contra la hora de dormir y hacer que los niños se sientan más cansados al día siguiente.
La mejor parte de establecer rutinas regulares es que te acercará más. Las rutinas nocturnas no solo son una excelente manera de hacer que los niños duerman bien por la noche, sino que muchos de estos rituales también son excelentes formas de vincularse con su hijo y realmente conectarse con él al final del día.
Establecer rutinas regulares a la hora de acostarse es una excelente manera de acercarlos a usted y a su hijo.
Algunas rutinas para incorporar a su rutina nocturna
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Ordene su habitación. Guardar sus cosas y organizar las cosas, aunque solo sea para limpiar un poco de desorden, puede hacer que su habitación sea más tranquila y calmada, y el acto de guardar sus propias cosas puede ayudar a su hijo a prepararse inconscientemente para la paz y la tranquilidad.
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Prepara las cosas para la escuela. Ayude a su hijo a empacar su mochila escolar, a elegir ropa para la escuela y a conseguir su equipo para cualquier actividad extracurricular. Consulte el informe meteorológico, consiga chaquetas o impermeables y colóquelos junto a la puerta principal. Hacer esto ayuda a su hijo a sentirse mentalmente listo para descansar porque sabe que todo está listo para el día siguiente.
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Toma un baño tibio, cepíllate los dientes. Pocas cosas se pueden comparar con un baño o una ducha tibia para preparar a un niño para dormir.
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Lee un libro. Ya sea que su hijo sea un lector principiante o un ratón de biblioteca, puede leer uno al lado del otro o leerle un buen libro para niños en edad escolar.
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Apagar las luces. Establezca el ambiente para dormir apagando la luz de su hijo y encendiendo una luz nocturna.
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Pon música suave. Puede ser Bach, un simple CD de relajación (del tipo que tocan en un estudio de yoga durante la parte de relajación al final), o los sonidos de las olas relajantes rompiendo la orilla. Independientemente de lo que prefiera su hijo, la combinación de luces tenues y música suave y relajante seguramente hará que su hijo se sienta relajado y somnoliento.
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Repase el día y / o la oración. Repasar el día con su hijo todas las noches es una excelente manera de mantenerse conectado, de la misma manera que las cenas familiares pueden ser excelentes para el desarrollo saludable y feliz de un niño.
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Estiramientos de yoga. Esto puede ser algo tan simple como unos pocos perros y cobras. Estirar un poco los músculos al final del día es una excelente manera para que los niños, y los padres, se relajen y descansen.
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Haz una técnica de relajación. Esta rutina funciona de maravilla, especialmente si su hijo es el tipo de niño propenso al estrés y la ansiedad. Así es como funciona: Haga que su hijo respire profundamente mientras imagina que su cuerpo se vuelve cada vez más pesado y “se hunde en el colchón”. Luego, suave y silenciosamente, indíquele que se relaje y exhale el estrés mientras se concentra en cada músculo y parte del cuerpo, comenzando por la cabeza y bajando hasta los dedos de los pies.
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Mételo con su animal de peluche reconfortante favorito. Por último, arrope a su hijo con su objeto de consuelo favorito y dígale buenas noches.
Una buena rutina a la hora de acostarse no solo es una manera maravillosa de ayudar a su hijo a relajarse y a tener sueño, sino que también es una de las mejores oportunidades para volver a conectarse con su hijo después de un día ajetreado. Fortalecerá su vínculo entre padres e hijos y ayudará a su hijo a dormir lo que necesita, ¡un beneficio mutuo para todos!