Si tiene más de un hijo, es probable que haya tenido que ser árbitro de peleas y rivalidades entre hermanos. El hecho es que incluso las mejores relaciones entre hermanos pueden tener sus momentos de conflicto y fricción.
Pero con un poco de perspicacia y paciencia, se puede lograr un hogar mucho más pacífico y una armonía entre hermanos. Cuando se establece temprano un buen vínculo entre hermanos y se les enseña a los niños cómo manejar los conflictos con su hermano o hermana, las peleas y la rivalidad se pueden minimizar en gran medida.Una vez que los niños aprenden a superar sus diferencias, este vínculo familiar tan importante puede florecer y fortalecerse.
Causas comunes de conflictos entre hermanos
Primero, intente comprender por qué pueden ocurrir las peleas entre hermanos. Cada escaramuza puede desencadenarse por algo diferente, por ejemplo, una pelea sobre a quién le toca barrer el piso o quién decide qué programa de televisión o película ver, pero la causa raíz puede ser un problema mayor.
En algunos casos, el problema puede ser un choque de personalidades. En otros, pueden ser sentimientos de rivalidad no resueltos. Por ejemplo, un niño puede sentir que mamá o papá favorecen a su hermano. Otro niño puede sentirse resentido porque piensa que no puede hacer tanto porque es más joven. O puede que a un hermano simplemente le guste que las cosas sean más tranquilas y tranquilas, mientras que al otro le gusta la acción y la aventura.
Cómo manejar las peleas entre hermanos
Cualquiera sea la causa, es importante que los padres hagan lo que puedan para fomentar una buena relación entre hermanos y se aseguren de que cualquier conflicto no dañe su relación. Esto es lo que pueden hacer los padres para manejar las peleas entre hermanos:
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Primero, enséñeles a los niños cómo manejar los conflictos de una manera positiva. Los niños a los que se les enseña cómo manejar los desacuerdos de una manera constructiva, por ejemplo, escuchando el punto de vista de sus hermanos o no participando en insultos, estarán en un estado de ánimo mucho mejor para resolver disputas y dejar atrás las peleas.Otra ventaja: los niños que crecen aprendiendo cómo prevenir y resolver conflictos con sus hermanos serán mejores para negociar y resolver compromisos en futuras relaciones, tanto en el trabajo como en el hogar. Aprender a manejar las disputas con sus hermanos y hermanas ayudará a los niños a convertirse en adultos capaces de resolver diferencias y de manejar mejor las relaciones con los demás.
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Considere la armonía entre hermanos como algo importante para toda la familia. Explíqueles a sus hijos que su familia es como un equipo. Y como cualquier buen equipo, todos, mamá, papá y los niños, deben trabajar juntos para tener un hogar pacífico y lleno de amor. Cualquier pelea entre miembros de la familia puede dañar a todo el equipo oa la familia.
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Intervenga. Algunos padres creen que es mejor dejar que los niños manejen los conflictos por su cuenta. Eso puede ser cierto hasta cierto punto, siempre que los niños tengan las herramientas para manejar los desacuerdos de una manera constructiva, positiva y pacífica. Pero si la discusión se calienta o hay agresión verbal o física, intervenga de inmediato.Si no está allí para ver la discusión, siéntese con ellos y hable sobre lo que sucedió, y deje en claro que la agresión de cualquier tipo no es aceptable en su hogar.
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Escuche a cada lado. Habrá dos lados de cada historia en una pelea entre hermanos. Deje que cada niño sienta que lo están escuchando, sin juzgarlo ni interrumpirlo. A menudo, los niños se sienten mucho mejor después de desahogarse con mamá o papá acerca de un problema, especialmente cuando sienten que pueden expresar su posición y que se escuchará con justicia.
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Haga del respeto una regla no negociable. Esto significa que no hay insultos y absolutamente ningún golpe u otra agresión física. Además, anime a sus hijos a que escuchen realmente el lado del otro y denles el respeto que les gustaría por sí mismos.
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Anime a los niños a ser específicos y plantear el problema. Dígale a su hijo que se concentre en lo que le molesta, en lugar de en su hermano. Por ejemplo, si su hijo está molesto porque a su hermano le gusta elegir siempre el juego que jugará, debe plantear el problema en lugar de decir algo como “¡No estás siendo justo!”. Al ser específico sobre el problema (tener la misma voz en la elección de los juegos) en lugar de centrarse en el comportamiento de un hermano, la discusión puede centrarse más en el problema y la solución, en lugar de la caracterización de cada uno.
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Pida a los niños que sugieran algunas soluciones. Haga que sus hijos propongan algunos escenarios o resoluciones que sean justas para ambas partes. Anímelos a ponerse en el lugar de la otra persona antes de hacer sugerencias.
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Modele un buen comportamiento de resolución de problemas. Los niños observan y aprenden de los padres, y toman nuestras señales sobre cómo resolver los conflictos de cómo manejamos los problemas con nuestro cónyuge, amigos y familiares. Si somos respetuosos y amorosos durante un desacuerdo, nuestros hijos aprenderán y adoptarán esas habilidades de resolución de conflictos por sí mismos.