No siempre es fácil ver las cosas positivas de la vida, especialmente para los niños. Pero tener una actitud y una perspectiva positivas facilita mucho la solución de los problemas de la vida. Mostrarles a sus hijos cómo cambiar una actitud negativa puede ayudarlos a enseñarles algunas habilidades importantes de afrontamiento que les serán de gran utilidad a lo largo de la vida. Las siguientes actividades pueden ser una excelente manera de presentar estas conversaciones a sus hijos.
Hacer acrósticos de actitud
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Imágenes de Tang Ming Tung
Un acróstico es una forma elegante de ayudar a su hijo a descubrir qué rasgos son comunes a las personas con actitudes positivas. Estos pueden servir como recordatorios o indicaciones sobre las cosas que pueden hacer para adoptar la misma perspectiva. He aquí cómo usar uno:
- Empiece por darle a su hijo una hoja de papel y pedirle que escriba la palabra “actitud” verticalmente en el lado izquierdo del papel en letras mayúsculas.
- Establezca un cronómetro para cinco minutos e intercambie ideas con su hijo sobre todos los rasgos y características que ambos ven en las personas con una buena perspectiva de la vida. En este punto, no se preocupe si los rasgos comienzan con las letras que se encuentran en la palabra “actitud”.
- A continuación, pídale a su hijo que recuerde algunos de esos rasgos y vuelva a trabajarlos para que quepan en el acróstico.
Ejemplo de actitud acróstica
Siempre ve lo bueno en una situación.
Intenta encontrar soluciones a los problemas.
Toma tiempo para apreciar las pequeñas cosas.
Está contento con lo que tiene.
Asume la responsabilidad de sus acciones.
Entiende la necesidad de escuchar las opiniones y pensamientos de otras personas.
No se queja a menudo.
Disfruta la vida.
La actividad “Inventario de actitudes”
Hacer un “inventario de actitudes” es muy parecido a hacer el inventario de una tienda o del armario de su hijo. En este caso, le está pidiendo a su hijo que evalúe qué rasgos están y qué no están presentes en personas con ciertos tipos de actitudes.
Dele a su hijo una hoja de papel y un lápiz y hágale las siguientes preguntas, una a la vez. (Si su hijo aún no es capaz de escribir bien, puede dictarle sus respuestas).
- Escriba el nombre de alguien que crea que normalmente tiene una buena actitud. ¿Qué pistas te dicen que esta persona tiene una actitud positiva y por qué crees que es así?
- Escriba el nombre de alguien que crea que normalmente tiene una mala actitud. ¿Qué señales indican que esta persona tiene una actitud negativa?
- Cuando piensas en la persona con una actitud negativa, ¿qué cosas o qué personas crees que pusieron a esa persona en ese estado de ánimo?
- ¿Crees que puedes tener una mala actitud un día y una buena al siguiente? ¿Por qué o por qué no? ¿Qué influye en eso?
- ¿Tienes que tener una mala actitud si las cosas no salen como quieres, o crees que es posible tener una buena actitud incluso cuando suceden cosas que no te gustan? Dime por qué.
- ¿Hay cosas en tu vida que te gustaría cambiar para ayudarte a tener una actitud más positiva?
- Si le suceden cosas negativas, ¿hay cosas que pueda hacer para mantener una actitud positiva? Hábleme de algunos de ellos.
La actividad de actitud “Dale la vuelta”
Como su hijo puede haber descubierto al hacer el “inventario de actitudes”, la forma en que miran o reaccionan a las cosas puede marcar una gran diferencia en su actitud general.
La actividad de “darle la vuelta” está diseñada para ayudarlos a aprender algunas habilidades de diálogo interno para replantear las circunstancias y los problemas de una manera más positiva.
1. Déle a su hijo otra hoja de papel y pídale que la doble en tercios. Pídales que escriban tres de los siguientes títulos en el anverso del papel y tres en el reverso del papel:
- Colegio
- Amigos
- Familia
- Hogar
- Auto imagen
- Ocupaciones
2. Ahora pídales que piensen en cualquier problema que tengan en cualquiera de estas áreas. Una vez que tengan una idea, pídales que la incluyan en la columna correcta como una pregunta procesable. (Por ejemplo: “¿Cómo puedo llevarme mejor con mi hermano?” En lugar de “Mi hermano sigue molestándome”).
3. Una vez que hayan enumerado los problemas que afectan su actitud, pídales que reformulen estos problemas preguntándose:
- ¿Cómo me siento por esto?
- ¿Disfruto teniendo este problema o quiero solucionarlo?
- ¿He estado culpando a otras personas por este problema?
- ¿Qué pasará a corto plazo si no soluciono este problema? ¿Y a largo plazo?
- ¿Qué pequeñas cosas puedo hacer para trabajar hacia la solución de este problema?
- ¿Cómo tengo que cambiar mi actitud para solucionar el problema?
- ¿Qué pasará una vez que se resuelva este problema?
A menudo, trabajar con una o varias de estas preguntas puede ayudar al niño a dar un paso atrás y obtener la perspectiva que necesita.