Variaciones normales y motivos de preocupación
Durante el embarazo, la areola, el área circular de la piel que rodea el pezón en el centro del seno, se oscurece y puede aumentar de tamaño. Se cree que estos cambios ayudan al recién nacido a encontrar el pezón y a prenderse para estimular la lactancia.
Un pestillo eficaz implica colocar todo el pezón y parte de la areola circundante en la boca del bebé. Sin un pestillo adecuado, es probable que un bebé tenga dificultades para obtener suficiente leche, lo que puede provocar una ingesta insuficiente de leche para el bebé y problemas con un bajo suministro de leche y pezones agrietados y dolorosos para la madre.
La función de la areola
Durante el embarazo, las glándulas de Montgomery, que se encuentran en la areola, tienden a elevarse y a notarse más. Estos pequeños bultos a veces se describen como la piel de gallina. Este cambio de estructura es completamente normal y no es motivo de preocupación. Se cree que una función principal de este cambio (y de la areola en general) es ayudar con la lactancia.
Las glándulas de Montgomery secretan aceite para lubricar, limpiar y proteger la areola y el pezón, lo cual es especialmente importante durante la lactancia.
Las glándulas también producen un ligero olor. Al igual que el oscurecimiento de la areola, se cree que el olor de las glándulas de Montgomery ayuda al recién nacido a encontrar el pezón y comenzar a amamantar más fácilmente. Una vez que ha terminado la lactancia, las glándulas de Montgomery suelen encogerse y la textura de la areola vuelve a su estado anterior al embarazo.
Tamaño, color y forma
El tamaño de la areola típicamente varía de 1 a 2 pulgadas de diámetro.Sin embargo, para algunas mujeres, puede ser más pequeño o mucho más grande. La forma de la areola puede ser redonda u ovalada, y el color puede ser de cualquier tono de rojo, rosa o marrón. Una vez finalizada la lactancia, la areola puede volver a tener un tono más claro, pero por lo general sigue siendo de un color más oscuro que antes del embarazo.
Desafíos de la lactancia materna
La lactancia materna puede afectar la areola de varias maneras, particularmente si un bebé está amamantando con un agarre deficiente, lo que puede causar abrasión u otra irritación en el tejido de la areola. Además, el daño a la areola puede afectar el éxito y la comodidad de la lactancia.
Saber más sobre la función de la areola y las posibles complicaciones puede ayudarlo a identificar cualquier problema desde el principio y ayudarlo a tomar medidas para mejorar su experiencia de enfermería y la salud general de los senos. A continuación se presentan algunas preocupaciones comunes de areola y estrategias para afrontarlo.
Pestillo inadecuado
La areola puede doler y / o agrietarse debido a un cierre inadecuado, que a menudo es el resultado de que el bebé succiona solo el pezón en lugar de agarrarse a la piel de la areola. El primer paso para corregir esto es asegurarse de que su bebé se prenda correctamente y obtener ayuda si es necesario.
Muchas mamás (y bebés) que amamantan necesitan orientación para aprender a usar técnicas de amamantamiento efectivas y cómodas.
Un asesor de lactancia certificado puede ayudar a evaluar el agarre de su bebé y brindarle más información. A menudo, solo se necesitan una o dos visitas para mejorar drásticamente el éxito de la lactancia materna. Otras fuentes de ayuda incluyen consejos de amigos o familiares que tienen experiencia en enfermería, así como de su médico, pediatra u otros profesionales médicos expertos en lactancia.
Agrietamiento e irritación
Si vive en un clima seco, la lactancia materna puede provocar sequedad, dolor y agrietamiento del pezón. Hay muchos tipos de humectantes para pezones que son seguros para las madres lactantes y que a menudo brindan un excelente alivio. Consulte a su médico si tiene preguntas sobre la pomada o crema adecuada para usted.
La areola también puede irritarse, agrietarse o doler debido a la pérdida de leche materna. La humedad en la piel a veces puede causar lesiones cutáneas e infecciones como aftas o mastitis. Si tiene goteras en los senos, use almohadillas absorbentes para los senos en el sostén y cámbielas cuando se mojen.
Después de amamantar, aplique leche materna o crema para pezones para mantener el pezón húmedo. Esto tiende a ayudar a que la piel sane, así como a prevenir una mayor irritación de la piel.
Algunas afecciones de la piel, como eccema, psoriasis y dermatitis, pueden desarrollarse en la areola. Estas condiciones pueden hacer que la lactancia sea dolorosa. Consulte a su médico o dermatólogo para obtener un diagnóstico y tratamiento. Asegúrese de que su médico sepa que está amamantando antes de recetarle cualquier tratamiento o medicamento.
Congestión
Los síntomas comunes de la congestión mamaria incluyen mamas hinchadas, firmes y dolorosas. La congestión puede hacer que su areola se sienta dura y aplanar los pezones, lo que dificulta que su bebé se prenda.
En las primeras semanas de amamantamiento, trate de amamantar cada vez que su bebé tenga hambre para evitar que sus senos se llenen demasiado, o extraiga la leche según sea necesario. Además, trate de vaciar sus senos por completo con cada toma para ayudar a que su producción de leche esté a la altura de las necesidades de su bebé. Sin embargo, incluso con sus mejores esfuerzos, puede terminar congestionada durante los primeros días de la lactancia.
Si sus senos se congestionan, amamante a su bebé después de masajear los senos o extraerse primero un poco de leche materna para facilitar la lactancia. Esto ayudará a aliviar algo de la presión en el seno, provocará la bajada y suavizará la areola para que sea más factible un agarre adecuado.
La lactancia frecuente es la mejor manera de tratar y prevenir la ingurgitación. Bombear demasiado antes de tiempo puede empeorar la congestión. Los senos congestionados pueden sentirse dolorosos, abultados o pesados. El pezón también puede parecer plano y es posible que usted tenga ganglios linfáticos inflamados en las axilas.
Asegúrese de informar cualquier síntoma a su médico y / o especialista en lactancia, pero lo más probable es que estos síntomas desaparezcan una vez que se haya extraído el exceso de leche materna.
Procedimientos quirúrgicos
La cirugía de mama cerca de la areola puede dañar los conductos de la leche e interferir con la lactancia. Es más probable que ciertos procedimientos, como la reducción de senos, incluyan una incisión cerca o alrededor de la areola.
Sin embargo, cualquier procedimiento que implique una incisión o extirpación de tejido mamario en esa área del seno puede afectar la areola y ser potencialmente problemático para la lactancia. Hable con su médico si se ha sometido a una cirugía de mama o de tórax y tiene alguna inquietud sobre cómo esto puede afectar la lactancia.
Las areolas no son algo en lo que muchos de nosotros dediquemos mucho tiempo pensando hasta que el embarazo o la lactancia provoquen un cambio, o si surgen problemas. Asegúrese de hablar con su médico sobre cualquier pregunta o problema relacionado con la areola que pueda experimentar. Afortunadamente, si bien algunas de estas preocupaciones pueden ser dolorosas, hay muchos remedios simples y efectivos disponibles para aliviar la mayoría de los problemas.