Descripción general
Un menisco desgarrado es una de las lesiones de rodilla más comunes. Cualquier actividad que le haga girar o girar con fuerza la rodilla, especialmente cuando pone todo su peso sobre ella, puede provocar un desgarro de menisco.
Cada una de sus rodillas tiene dos piezas de cartílago en forma de C que actúan como un cojín entre la tibia y el fémur (meniscos). Un menisco desgarrado causa dolor, hinchazón y rigidez. También puede sentir un bloqueo en el movimiento de la rodilla y tener problemas para extenderla por completo.
El tratamiento conservador, como reposo, hielo y medicamentos, a veces es suficiente para aliviar el dolor de un menisco desgarrado y darle tiempo a la lesión para que sane por sí sola. En otros casos, sin embargo, un menisco desgarrado requiere reparación quirúrgica.
Síntomas de un menisco desgarrado
Si se ha desgarrado el menisco, es posible que tenga los siguientes signos y síntomas en la rodilla:
- Hinchazón o rigidez
- Dolor, especialmente al torcer o rotar la rodilla.
- Dificultad para estirar completamente la rodilla.
- Sensación de que su rodilla está bloqueada en su lugar cuando intenta moverla
¿Cuándo necesitas ver a un médico?
Comuníquese con un médico si le duele la rodilla o está inflamada, o si no puede moverla de la forma habitual.
¿Qué causa que se rompa el menisco?
Un menisco desgarrado puede ser el resultado de cualquier actividad que haga que usted gire o gire con fuerza la rodilla, como pivotes agresivos o paradas y giros repentinos. Incluso arrodillarse, ponerse en cuclillas o levantar algo pesado a veces puede provocar un desgarro de menisco.
En los adultos mayores, los cambios degenerativos de la rodilla pueden contribuir a un desgarro de menisco con poco o ningún trauma.
Factores de riesgo
Realizar actividades que impliquen giros y giros agresivos de la rodilla lo pone en riesgo de sufrir un desgarro de menisco. El riesgo es particularmente alto para los atletas, especialmente aquellos que participan en deportes de contacto, como el fútbol, o actividades que implican pivotar, como el tenis o el baloncesto.
El desgaste de las rodillas a medida que envejece aumenta el riesgo de sufrir un desgarro de menisco. También lo hace la obesidad.
Complicaciones de un menisco desgarrado
Un menisco desgarrado puede provocar una sensación de que la rodilla cede, incapacidad para moverla normalmente o dolor persistente en la rodilla. Es posible que tenga más probabilidades de desarrollar osteoartritis en la rodilla lesionada.
Diagnóstico de un menisco desgarrado
Un menisco desgarrado a menudo se puede identificar durante un examen físico. El médico podría mover la rodilla y la pierna a diferentes posiciones, observarlo caminar y pedirle que se agache para ayudar a identificar la causa de sus signos y síntomas.
Pruebas de imagen
- Rayos X. Debido a que un menisco desgarrado está hecho de cartílago, no aparecerá en las radiografías. Pero las radiografías pueden ayudar a descartar otros problemas en la rodilla que causan síntomas similares.
- resonancia magnética. Esta tecnología utiliza ondas de radio y un fuerte campo magnético para producir imágenes detalladas de los tejidos duros y blandos de la rodilla. Es el mejor estudio de imágenes para detectar un menisco desgarrado.
Artroscopia
En algunos casos, su médico podría usar un instrumento conocido como artroscopio para examinar el interior de su rodilla. El artroscopio se inserta a través de una pequeña incisión cerca de la rodilla.
Este dispositivo contiene una luz y una pequeña cámara que transmite una imagen ampliada del interior de la rodilla a un monitor. Si es necesario, se pueden insertar instrumentos quirúrgicos a través del artroscopio o mediante pequeñas incisiones adicionales en la rodilla para recortar o reparar el desgarro.
Preparándose para una cita
El dolor y la discapacidad asociados con un menisco desgarrado hacen que muchas personas busquen atención de emergencia. Otras personas piden cita con su médico de cabecera. Dependiendo de la gravedad de su lesión, es posible que lo deriven a un médico especializado en medicina deportiva o a un especialista en cirugía de huesos y articulaciones (cirujano ortopédico).
¿Qué puedes hacer para prepararte?
Antes de una cita, prepárese para responder las siguientes preguntas:
- ¿Cuándo ocurrió la lesión?
- ¿Qué estabas haciendo en ese momento?
- ¿Hubo mucha hinchazón después?
- ¿Te has lesionado la rodilla antes?
- ¿Sus sintomas son continuos u ocacionales?
- ¿Los movimientos específicos parecen mejorar o empeorar sus síntomas?
- ¿Alguna vez su rodilla se “traba” o se siente bloqueada cuando intenta moverla?
- ¿Alguna vez ha sentido que su rodilla está inestable o no puede soportar su peso?
Tratamiento de un menisco desgarrado
Tratamiento inicial
El tratamiento para un menisco desgarrado a menudo comienza de forma conservadora, según el tipo, tamaño y ubicación del desgarro.
El desgarro asociado con la artritis a menudo mejora con el tiempo con el tratamiento de la artritis, por lo que la cirugía generalmente no está indicada. Muchos otros desgarros que no están asociados con un bloqueo o un bloqueo del movimiento de la rodilla se volverán menos dolorosos con el tiempo, por lo que tampoco requieren cirugía.
Su médico podría recomendarle:
- Descansar. Evite actividades que agraven el dolor de rodilla, especialmente cualquier actividad que le haga girar, rotar o girar la rodilla. Si su dolor es intenso, usar muletas puede aliviar la presión de la rodilla y promover la curación.
- Hielo. El hielo puede reducir el dolor y la hinchazón de la rodilla. Utilice una compresa fría, una bolsa de verduras congeladas o una toalla llena de cubitos de hielo durante unos 15 minutos seguidos, manteniendo la rodilla elevada. Haga esto cada cuatro a seis horas durante el primer o segundo día y luego con la frecuencia necesaria.
- Medicamento. Los analgésicos de venta libre también pueden ayudar a aliviar el dolor de rodilla.
Terapia física
La fisioterapia puede ayudarlo a fortalecer los músculos alrededor de la rodilla y las piernas para ayudar a estabilizar y sostener la articulación de la rodilla.
Cirugía
Si su rodilla sigue dolorida a pesar de la terapia de rehabilitación o si su rodilla se bloquea, su médico podría recomendarle una cirugía. A veces es posible reparar un menisco desgarrado, especialmente en niños y adultos jóvenes.
Si el desgarro no se puede reparar, el menisco podría recortarse quirúrgicamente, posiblemente a través de pequeñas incisiones con un artroscopio. Después de la cirugía, deberá realizar ejercicios para aumentar y mantener la fuerza y la estabilidad de la rodilla.
Si tiene artritis degenerativa avanzada, su médico podría recomendarle un reemplazo de rodilla. Para las personas más jóvenes que presentan signos y síntomas después de la cirugía pero no tienen artritis avanzada, un trasplante de menisco podría ser apropiado. La cirugía consiste en trasplantar un menisco de un cadáver.
cuidado en casa
Evite las actividades que agraven el dolor de rodilla, especialmente los deportes que impliquen girar o girar la rodilla, hasta que el dolor desaparezca. El hielo y los analgésicos de venta libre pueden resultar útiles.